El país va a la deriva. Vivimos en la sociedad del “sálvese el que pueda”
No hay solidaridad y esto se refleja en una sociedad que se ha vuelto demasiado indiferente ante las injusticias, el clientelismo, la corrupción, la deshonestidad.
Se hace difícil imaginar que en un país que ha manejado miles de millones de dólares haya gente sobreviviendo sin electricidad, sin una gota de agua, viviendo en condiciones infrahumanas, muriendo en los hospitales por la carencia de medicamentos, de insumos médicos o peor aún sin un techo con que protegerse de las lluvias.
Está barbarie se refleja también cuando todos hacen oídos sordos ante la violencia en contra de un niño, de un anciano o cualquier persona en condiciones de vulnerabilidad.
En reiteradas oportunidades vemos en la calle gente pidiendo ayuda y preferimos mirar a otro lado “para no complicarnos la vida”.
...