«El sistema de gobierno perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política».
Simón Bolívar
Diría cualquiera que ha nacido en el estado Zulia que lo mejor es andar sólo que estar mal acompañado en eso que a uno le anden buscando un «padrino» a estas alturas de la vida. Tuve dos de los mejores. Uno cañadero, Moisés Morales (+) y otro trujillano, Virgilio Valero (+), quienes supieron enaltecer valores, ser guías y ejemplo, durante años en esa misión cristiana consagrada en el bautismo extendida hasta donde papá Dios les permitió estar en el plano terrenal. Quizá a algunos no les haya ido nada bien con sus padrinos que a lo mejor desaparecieron el mismo día que le echaron el agua bautismal al ahijado, pero claro, existen excepciones, porque en su mayoría un buen padrino es una persona honorable.
La comparación que pretendo exponer es un símil de una verdad a propósito de la noticia que circuló la semana pasada, cuando desde Miraflores nos llegó a los zulianos la noticia que teníamos la designación de un «Padrino» en la persona del ministro del área energética Néstor Reverol. La suspicacia de mucha gente, obviamente entre quienes me cuento, me lleva a pensar ¿por qué un padrino ahora y no antes?. Bueno recordé que al gobierno nacional desde tiempos del expresidente Hugo Chávez Frías le ha gustado colocar, arrimar e imponer al lado, pegadito y cerquita, a alguien de los suyos a gobernadores y alcaldes opositores que no piensen igual, no callen, reclamen, hablen claro, denuncien abusos, errores y de paso que no tengan el Carnet de la Patria.
Eso quiere decir que los aires electorales del 2025 ya comienzan a soplar cuando el año entrante corresponda renovar gobernaciones y alcaldías. Ello, además, podría significar que quien pega primero, pega dos veces, muy a pesar que aún no salimos del enredo, confusión o maraña, verdadero embrollo, en saber cuando los venezolanos conoceremos la fecha de las elecciones a la Presidencia de la República que permitan sacar al país de la peor tragedia social de nuestra vida republicana.
Lo cierto, clarito como el agua, es que es una estrategia electoral esa designación de «padrinos y madrinas» desde ahora en estados muy poblados, incluidos, Nueva Esparta, Cojedes, Barinas y Zulia gobernados por opositores. En el Zulia y otros estados es evidente que la designación de un «Padrino» o «Madrina», recuerdo el privilegio de haber tenido a Amanda y Dolores, es una figura de un gobernante alterno, paralelo, semejante, análogo, equivalente, parecido o comparable al que existe, pero la gran diferencia es que el electo por votos y no a dedo, es uno sólo y no dos. En términos beisbolísticos diría que ya hay posibles bateadores (as) designados.
Sabiendo que esa actuación vulnera disposiciones legales y constitucionales en detrimento de las regiones y de su gente, en este caso vemos que el Estado de Derecho en el país, funciona según la conveniencia política. Es una circunstancia actual muy similar a aquella frase del «como vaya viniendo, vamos viendo», popularizada por el personaje de Eudomar Santos, interpretada por el actor Franklin Virgüez, en la telenovela Por Estas Calles que transmitió RCTV, entre 1992-1994, cuyo creador y guionista fue el gran escritor Ibsen Martínez.
No es un secreto que en 25 años de gobierno oficialista los estados y municipios del país han retrocedido en cuanto a su autonomía administrativa. Muchas competencias que habíamos logrado volvieron a ser centralizadas o eliminadas. La Ley de Asignaciones Especiales, LAE y la del Fondo Intergubernamental para la Descentralización, FIDES, fueron dos herramientas financieras de mucha utilidad para el desarrollo de la provincia. En pocas palabras la descentralización administrativa de estados y municipios no es lo que ha caminado en favor de la gente de la mano de la revolución.
Ahora bien, siendo como Santo Tomás de ver para creer, a los zulianos nos convencería que el «Padrino» que nos enviaron, –digamos mejor, instalado aquí desde hace rato– como primera acción debe demostrar que de verdad algún peso tiene en las altas esferas de Miraflores. Debería sorprendernos anunciando que las competencias arrebatadas al Zulia, curiosamente sólo dos años y medio atrás, en relación con la administración de los peajes interestatales, puertos, aeropuertos y puente sobre el Lago de Maracaibo regresen a la tutela de la Gobernación del estado, donde, repito, estaban antes de noviembre de 2021, pero cuando llegó otro gobierno distinto al chavismo, volvieron por arte de magia a ser centralizadas en Caracas.
El nuevo «Padrino» en honor a informar cuales son sus «planes» y dar a conocer la verdad completa, no a medias ni a retazos, debería explicarnos a los zulianos que pasó con esas competencias despojadas a la región. Tenemos ese derecho. Sería bueno arrancar con buen pie sabiendo ¿adónde fueron los recursos de cuatro años de ingresos en esas instancias?. La gente del Zulia no olvida que el anterior «gobierno revolucionario» entregó al actual del Palacio de los Cóndores una Gobernación «destruida, deteriorada y vuelta nada», cual cédula de identidad, casi inservible, que nos recuerda a algún buhonero que repara este u otro documento en las calles del centro de Maracaibo.
Otra sugerencia que debe tomar como seria el «Padrino del Zulia» es dedicarse a retomar, desempolvar y reactivar en Caracas en cualquier burocrático despacho ministerial, la absurda orden que años atrás eliminó, quitó y frustró a nuestro estado que hoy, desde Punta Iguana hasta El Venado, pudiéramos trasladarnos por la Gran Autopista de Occidente, Lara-Zulia, cuando en mala hora el gobierno nacional derogó la competencia a la Gobernación del Zulia de construir y entregar una moderna vía de comunicación interestatal, ahorrándonos desgracias viales.
Otra tarea que deberá meterle el pecho el «Padrino del Zulia» es el ¿cuándo y cómo? los habitantes de esta parte del país veremos reactivar los trabajos de construcción y finalización del puente Nigale, olvidado en el tiempo pero no en la memoria de los zulianos, especialmente de la gente de los municipios Mara, Almirante Padilla y Miranda, donde la realidad social de pobreza y miseria debería avergonzarnos, cuando las aguas del Lago de Maracaibo que mojan sus costas nos recuerda de donde ha salido la principal riqueza nacional.
Y que decir del castigo permanente de bajones, apagones y fluctuaciones eléctricas que nos tiene la vida hecha cuadritos. Esperemos por el bien del Zulia que el trabajo del designado «Padrino» no signifique más de lo mismo. Coordinación, coherencia, cooperación y cohesión entre los tres niveles de gobierno es una tarea insoslayable. Soluciones, respuestas y menos promesas en favor de la gente debe ser una meta en común. Por algo la sabiduría popular dice que entre bomberos no es permitido pisarse la manguera. ¡Amanecerá y Veremos!.
Por José Aranguibel Carrasco/Caricatura: Feyo