Pablo Vierci nunca olvidará cuando escuchó los 16 nombres. ¡Estaban vivos dos meses después de estrellarse en un avión en los Andes! Medio siglo más tarde, un film sobre su increíble epopeya honra también a los 29 que murieron.
«Faltaba contar la historia global«, dice a la AFP Vierci, productor asociado de la película «La sociedad de la nieve» y autor del libro homónimo sobre el famoso accidente aéreo de un grupo de uruguayos en la cordillera entre Argentina y Chile en 1972.
«Tendimos a focalizarnos tanto en los sobrevivientes porque era tan desmesurado, tan épico lo que habían logrado, que quedaban en las sombras los otros 29, que además, en un caso bastante atípico, los 16 están vivos gracias a que hubo muertos«, señala Vierci, compañero de colegio y vecino de muchos de los que iban en ese fatídico vuelo 571.
Doce personas murieron el 13 de octubre en 1972 cuando un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya, fletado para llevar de Montevideo a Santiago a un equipo de rugby amateur y a sus amigos y familiares, cayó en el Valle de las Lágrimas en los Andes argentinos, muy cerca de la frontera chilena y a casi 4.000 m de altura. Otros 17 fallecieron luego en la montaña.
Al término de una heroica odisea entre las montañas, dos de ellos lograron llegar a Chile a pedir ayuda y el resto fue rescatado tras haber soportado 72 días de frío extremo y verse obligados a ingerir la carne de los difuntos.
Ese «pacto de entrega mutua» en la inmensidad de la nieve conmovió al cineasta español J.A. Bayona, que leyó el libro de Vierci mientras filmaba «Lo imposible» en 2011.
El largometraje de Bayona sobre el «milagro de los Andes«, ovacionado en el Festival de Venecia, premiado en el de San Sebastián y elegido para representar a España en la próxima entrega de los Óscar, se estrenará a partir del 14 de diciembre en cines, y el 4 de enero en la plataforma Netflix.
«Estábamos todos ahí»
La impactante historia ya fue tema de la película mexicana «Supervivientes de los Andes» (1976), de René Cardona, y la producción de Hollywood «¡Viven!» (1993), de Frank Marshall, con Ethan Hawke y Josh Hamilton. E inspiró documentales, como «La sociedad de la nieve» (2007), del uruguayo Gonzalo Arijón, también basado en el libro de Vierci.
Pero el film de Bayona, que empezó a idearse en 2016, es especial porque cumple «varias premisas imprescindibles«: Tiene la anuencia de todos los sobrevivientes y los deudos, es hablado en español y muestra ese «no claudicar» que es parte de la idiosincrasia uruguaya, según Vierci.
Para su amigo Daniel Fernández Strauch, que tenía 26 años cuando quedó varado en la montaña y aún se emociona hasta las lágrimas recordando la tragedia, el gran acierto del film de Bayona es la autenticidad.
«En esta película la gente se va a dar cuenta de lo que pasamos«, asegura a la AFP el hoy ingeniero agrónomo jubilado de 77 años.
«Hasta la sensación de frío te viene. Es de una realidad total y está muy bien hecha además. La historia es muy dura pero está muy bien llevada«, añade Fernández Strauch, quien junto a sus primos Eduardo y Adolfo Strauch organizaban el alimento, «la tarea más horrible de todas«.
Este hombre delgado, que aún conserva la chaqueta y las gafas del piloto fallecido en el accidente, entre otros objetos, resalta la obsesión de Bayona por los detalles, «desde la etiqueta de un zapato hasta la reconstrucción del aeropuerto de Carrasco«.
Fernández Strauch también valora las charlas con Francisco Romero, el actor argentino que lo interpretó, algo que no le había pasado con otras recreaciones.
El rodaje de «La sociedad de la nieve«, que llevó 141 días no consecutivos, con locaciones en España, Argentina, Chile y Uruguay, estuvo complicado por la pandemia de covid-19, lo que le agregó dramatismo.
Pero lo más inolvidable fue la proyección especial de la película para los sobrevivientes, sus familias y todos los deudos, el 1º de septiembre pasado en un cine de la capital uruguaya.
«Fue el momento más conmovedor que pasé en mi vida, todos juntos en la misma sala«, dice Vierci.
Fernández Strauch se estremece al recordarlo: «El abrazo final de todos era como si la cordillera hubiera venido a Montevideo. Estábamos todos ahí«.
Por: Agencia