Las trabajadoras embarazadas en Estados Unidos tendrán más facilidades en sus lugares de trabajo gracias a una nueva ley que entra en vigor este martes.
La norma permite que estas trabajadoras tengan más acceso a un taburete, descansos adicionales en el baño o a una botella de agua, sin temor a ser despedidas.
La Ley de Equidad para las Trabajadoras Embarazadas, que el Congreso aprobó en diciembre como parte de un paquete de gastos del gobierno federal, obliga a las empresas a proporcionar “adaptaciones razonables” relacionadas con el embarazo o el parto, a menos que causen una “dificultad excesiva”. La norma se aplica a las empresas con al menos 15 empleados.
La ley es una de las dos protecciones laborales reforzadas para mujeres embarazadas y madres recientes que contiene el paquete de gastos. La otra, la Ley PUMP para madres lactantes, amplía a casi 9 millones más de trabajadoras en periodo de lactancia el derecho a disponer de tiempo de descanso y un lugar privado fuera del baño para extraerse leche. Entre estas trabajadoras, que no estaban cubiertas por una disposición anterior de la Ley de Asistencia Asequible, hay profesoras, enfermeras tituladas y trabajadoras agrícolas.
Anualmente, casi 2,8 millones de mujeres embarazadas, el 70 % de todas aquellas que esperan un bebé, trabajaron durante el embarazo, según la National Partnership for Women & Families.
Los activistas llevan más de una década luchando por mejorar la protección federal de las trabajadoras embarazadas, alegando que la Ley contra la discriminación por embarazo es inadecuada y que la mayoría de las afecciones relacionadas con el embarazo no se consideran discapacidades según la Ley de Estadounidenses con Discapacidades.
Por Agencia