La plaza Tupac Amaru en Cusco, punto neurálgico de la movilización contra el poder en Perú
Puño en alto, la estatua ecuestre negra de Tupac Amaru II parece estar alentando desde el siglo XVIII a los manifestantes que piden la renuncia de la presidenta Dina Boluarte en Cusco, capital inca y turística de Perú, sacudida por manifestaciones que dejan 47 muertos desde diciembre.
La plaza Tupac Amaru, que lleva el nombre del héroe inca que luchó contra los colonizadores españoles, es el punto de encuentro cotidiano de los manifestantes en la ciudad.
Esta mañana, dirigentes de todas las profesiones piden en el micrófono "seguir la lucha". Los discursos se parecen unos a otros: reclaman sin cansarse la renuncia de Boluarte, la disolución del Congreso y elecciones generales inmediatas. Se llama a manifestarse por la tarde.
Un centenar de personas grita los lemas habituales: "Din...