domingo, diciembre 22

Manuel Rosales también le vendió el alma al diablo y el negocio en dólares con el misógino

Así hace campaña el candidato ganador… Mientras “Doña Violencia” y el misógino andan de jornada comicial en el marco de los intereses gringos, en Margarita, estado Nueva Esparta, el ministro de turismo, Alí Padrón, entregó el premio nacional de Turismo y dijo que el año pasado nos visitaron 141 influencers de más de 80 países, con cientos de seguidores, y todos manifestaron estar en tierras de gente extraordinaria… He allí la campaña electoral del candidato ganador, Nicolás Maduro Moros, por y para el pueblo, de la mano de nuestras respetables y dignas mujeres, de nuestros hombres forjadores y trabajadores, de nuestra aguerrida juventud. Esa es nuestra fuerza revolucionaria.

Encuestas… Hay que tener cuidado con los sondeos de opinión. En 1998, decían Chávez pierde con Salas Römer, ¿y quién ganó? En el año 2000, Chávez pierde con Arias Cárdenas, ¿y quién ganó? En 2006, Chávez pierde con Manuel Rosales, ¿y quién ganó? En 2012, Chávez pierde con Capriles, ¿y quién ganó? En 2013, Nicolás Maduro pierde con Capriles, ¿y quién ganó? En 2018, Nicolás Maduro pierde con Henry Falcón, ¿y quién ganó? Para ganar hay que votar, como hemos hecho siempre, solo así el 28 de julio le daremos una paliza al candidato del imperio y de “Doña Violencia”. Por consiguiente, se requiere seguir haciendo el trabajo de calle, metidos de lleno en nuestras comunidades, en el vibrante corazón revolucionario de las catacumbas.

Diplomacia… El candidato misógino explica lo inservible de la diplomacia de la IV República. Solo servía para repetir como loros los dictados del imperio norteamericano. Eso sí, todos se sabían de memoria el Manual de Carreño. Con sus trajes de etiqueta degustaban los mejores vinos, disfrutaban de los más suculentos y exóticos manjares, en tanto, en los barrios de Venezuela se comía Perrarina. No sé si el Manual de Carreño indica con qué cubiertos se come la Perrarina. Lo que sí puedo decir es que esa diplomacia de solemnes ceremoniales, fue la que hizo surgir la diplomacia bolivariana de la paz, la solidaridad, la verdad, la incluyente, en la que se habla en función de darle visibilidad a esos pueblos oprimidos, que durante años fueron invisibilizados en el mundo. Usando siempre un lenguaje, claro, directo, concreto, contundente.

Venezuela y Colombia… A la oposición terrorista hay que aprender a conocer, para detectarles los fake news. Por ahí salieron con la mentira de que en el vecino país les exigirían pasaporte vigente a los venezolanos. La oposición terrorista no soporta que Venezuela y Colombia mantengan un crecimiento sostenido, y se valen de la canalla mediática, buscando la discordia. Pero la verdad es que entre ambos países, en el primer bimestre del año, se obtuvo un aumento de 17,4 % en cuanto al intercambio comercial general, con un incremento de 25,9% en las importaciones de productos colombianos a Venezuela que, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística Colombiano, alcanza un monto de 139,9 millones de dólares.

“El salvador” … El misógino, que por un “chivazo” –como decimos en criollo- resultó ser el candidato de la PUD, habla como gringo, mira como gringo, camina como gringo, piensa como gringo, nos cree imbéciles como nos creen los gringos, dice que vino a salvar a las venezolanas y venezolanos de la dictadura, cuando es precisamente de los gringos de quien tiene que salvarnos, de esos genocidas que nos impusieron las medidas coercitivas. Ese racista que detesta a las mujeres, a nuestros pueblos originarios y a las personas de color, puede ser buen candidato, pero de la Alcaldía de Miami; en Venezuela carece de absoluta empatía con nuestra población.

“Doña Violencia” … No crean ustedes que esta señora ha desistido de su idea. Desde hace mucho tiempo sabe que no tiene chance a la presidencia de la República, de hecho, nunca se preocupó por legalizar algún partido y lanzarse al ruedo comicial legalmente. Su ruta nunca ha sido electoral, sino sustituir al ladrón Guaidó. Por no contrariar a sus amos los gringos, finge apoyar al misógino, sabiendo, además, que ambos van a perder. Luego, ella seguirá sus planes desestabilizadores, para erigirse como jefa de la oposición terrorista, y hacerse indispensable en la permanente conjura de los estadunidenses en contra de Venezuela.

El negocio en dólares con el misógino… La oposición terrorista no es como se ve por encima. Principalmente, “Doña Violencia” no tiene afinidad alguna con el candidato misógino, que posee un marcado desgano con respecto a su candidatura. A ese señor solo lo mueve el dinero que negoció con la señora, a quien le colocó algunas condiciones ineludibles sobre la mesa.

No irá a las comunidades. A lo sumo, leerá algunos discursos y tienen que entregárselos con tiempo, para aprendérselos, si es posible, de memoria, y no ganguear en cámara. A él no le interesa nuestro pueblo ni sentarse en la silla de Miraflores, que tanto anhelan todos esos hampones de la oposición terrorista.

No va a patear charcos, a codearse con nuestra gente. Mucho menos a besar ni abrazar “desdentados”, “pata en el suelo”. El solo es candidato de “Doña Violencia”, de quien espera cumpla con el pago que le ofreció. La señora también lo mantiene a distancia, se erige como su jefa, lo ubica como un vulgar subalterno, como un viejo inútil, lo carga en un afiche agarrado con evidente repulsión. Doña Violencia les tiene asco a los señores mayores, no olvidemos la vez que se negó a darle la mano a César Pérez Vivas.

De todas maneras, tanto el misógino como “Doña Violencia” serán derrotados el 28 de julio; en este país las venezolanas y venezolanos están claros: ningún traidor de la patria puede ser presidente de Venezuela.

Manuel Rosales también le vendió el alma al diablo… El exconvicto era el candidato de la PUD, pero privaron varios aspectos que le quitaron la posibilidad de ser el aspirante que se mediría con el candidato ganador, Nicolás Maduro Moros.

Lo primero que influyó en Rosales, es porque él es un político guabinoso, cobarde y hablachento. Lo segundo, que “Doña Violencia” lo tildaba de alacrán, no lo quería ni lo quiere bajo ninguna circunstancia. Y lo tercero, y más importante, fue el regaño de los gringos.

Recordemos que el embajador Francisco Palmieri, que tiene sede en Bogotá, Colombia, lo mandó a llamar antes de que comenzara la discusión por la candidatura unitaria, y acudió corriendo en el término de la distancia.

No sabemos exactamente lo que hablaron, pero en la discusión con los terroristas para la escogencia del candidato, cedió en las primeras confrontaciones e impusieron al misógino, que era la propuesta de “Doña Violencia”.

Obviamente, el filósofo en esa discusión puso poco empeño en defender su postura, más nunca se va a exponer a una sanción de los gringos. Tiene propiedades en Panamá y Miami y no estaba dispuesto a que se las expropiaran por contrariarlos, haciendo fracasar esa discusión que ya estaba contra reloj.

Rosales es otro más que paga las consecuencias de venderle el alma a los gringos, que es como venderle el alma al diablo. Después que una persona pacta con los norteamericanos, o tiene negocios en suelo estadounidense, como es su caso, está en manos de esos genocidas y ya no es él sino esos asesinos que se convierten en sus amos.

Nosotros sabemos de eso. En Venezuela hemos visto cómo manipulan a todos los cabecillas de la oposición terrorista, y en el exterior dan vergüenza algunos presidentes. Podemos hablar de Daniel Noboa, de Ecuador; Javier Milei, de Argentina e Irfaan Alí de Guyana; esos andan en la calle y se le ven colgando las cuerditas por donde los mueven los mayores genocidas del norte.

Y Rosales, repito, tiene propiedades en Miami y Panamá, que adquirió con la plata de las comunidades que Eveling de Rosales se robó de la Alcaldía de Maracaibo, pero ese es otro tema del que se puede escribir hasta un libro.

 

Por Gian Carlo Di Martino