Vivir entre aguas negras, sapos, mosquitos, culebras y otra clase de alimañas por más de 20 años no es fácil y eso es algo que los habitantes del callejón San Trino saben bien. Ese es su quehacer diario y por eso claman a cualquier institución de gobierno que solucione los problemas que los aquejan para llevar una vida normal como cualquier otro habitante de una metrópolis como Maracaibo.
Entrar al lugar ubicado en la avenida 18 del sector El Poniente, parroquia Cristo de Aranza, implica pasar por río de aguas negras que no circula porque la red subterránea está obstruida. Además, una de las bocas de visita está abierta lo que acarrea un peligro para los carros que deseen entrar al sitio.
“Esta es una vía alterna al Terminal de Pasajero. A veces los buses pasan por aquí. Hidrolago vino, vio y dijo que había que traer el camión Vacuum, pero después no vino más”, comentó Arelis de Nava, habitante del sector desde hace más de 70 años y una de las afectadas.
Al subir por el sendero, conocido hoy en día como “Pequeño Darién”, el barrio el monte, donde hallaron hace dos años una culebra, empiezan a dominar el paisaje el cual contrasta con una capilla construida en honor a San Benito. A medida que el callejón es más estrecho el afluente de aguas negras es más visible hasta llegar al tapón de otra calle adyacente.
“En las tardes esto no se puede pasar y esta es la ruta obligada para salir a las tiendas ubicada en las calles principales para comprar. Este problema tiene más de 20 años y afecta a unas 50 familias. La Mayoría de los habitantes son adultos mayores”, especificó la mujer mientras hacía un recorrido por el callejón.
Sin alumbrado y otros problemas más
Un viejo matapalo sembrado en una casa vecina abandonada oscurece la zona y representa un peligro para las viviendas adyacentes con techo de zinc cada vez que el chubasco arrecia.
“Se le pidió a la Alcaldía. Ellos tomaron nota y no vinieron más” indicó de Nava.
Otro problema es el alumbrado público. Los vecinos colocaron lámparas en las partes más oscuras para evitar peligro con las aguas o algo más que aceche en la oscuridad, mientras Corpoelec no les da una respuesta sobre el tema.
«Aquí se le ha enviado carta a todo el mundo y nadie ofrece respuesta», acotó la afectada.
Por: José Manuel Sánchez / Fotos: Lizaura Noriega