domingo, diciembre 22

La gran labor sacerdotal de Edgar Doria

La iglesia en Venezuela está más unida que nunca en torno a sus pastores en el propósito de servir a la evangelización y de ese norte nunca se ha desviado.

Hay unión, fraternidad, amor entre quienes tienen el deber de llevar la palabra de Dios a la gente sencilla.

Ello quedó demostrado durante la Eucaristía de aniversario sacerdotal del presbítero zuliano Edgar Doria. Un solemne festejo religioso que se hizo en la iglesia Santísimo Sacramento en la urbanización Las Lomas en el oeste de Maracaibo. Fue un evento muy sentido, muy relevante que contó con la asistencia de monseñor José Luis Azuaje, arzobispo de Maracaibo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Roberto Luckert, obispo emérito de Coro, monseñor Eduardo Ortigosa, así como los presbíteros José Gregorio Villalobos, Andrés Bravo, entre otros.

Monseñor Roberto Luckert anda en sillas de ruedas afectado por una enfermedad y aun así no pierde su amor por la Eucaristía y las ganas de seguir sirviendo a la iglesia. Este sacerdote es un icono en el Zulia como muchos, y su labor y su vida es seguida como ejemplo de entrega cristiana.

Vivimos en un mundo difícil. En el corazón de la humanidad el amor es el norte, pero también habitan lamentablemente las tinieblas del mal, la miseria y la violencia. Combatirlos y lleva a la gente por la senda del bien es una encomiable labor y el ejemplo de los hombres buenos y piadosos se destaca. Es el caso del padre Edgar Doria con toda una vida marcada por los valores cristianos de misericordia y de amor por el hermano, sin distingo de clases.

Toda la vida religiosa del padre Edgar Doria, cómo lo conoce el pueblo de Dios es honrada al pastor que se preocupa por su grey.

Desde su ordenación en la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá inició su ministerio en el barrio Los Robles de Maracaibo, fue director de la emisora de radio La Voz de la Fe y director de Niños Cantores Televisión y ahora párroco de la iglesia Santísimo Sacramento en Las Lomas de Maracaibo.

Sus diversos trabajos pastorales llevan el sello de sacerdote obediente y de servicio permanente al prójimo con profunda espiritualidad y de entrega a los más pobres.

En la Eucaristía solemne en la parroquia Santísimo Sacramento la homilía vibrante del padre José Gregorio Villalobos hizo toda una semblanza de toda la vida religiosa de Doria.

En este aniversario 45 de ordenación sacerdotal de Edgar Doria Molero es un ejemplo vivo de fraternidad cristiana en las tareas de apostado en medio de los acontecimientos más duros que vive Venezuela, pero que afortunadamente el país cuenta con gente de la iglesia católica presto a servirle a todos, sin distinción alguna.

Mi homenaje a ese servidor del Evangelio de Jesucristo.

 

Por Ángel Montiel