En algunas industrias que producen harina de maíz precocida en el país, esencial en la dieta de los venezolanos para hacer las arepas, vuelven viejos temores en torno a distorsiones de precios que pudieran darse en el mercado, debido a cómo se manejaría el costo de materias primas como el maíz blanco.
El ministro de Agricultura y Tierras, Menry Fernández, informó esta semana que el 14 de septiembre quedó instalada una mesa técnica permanente y que este sería un espacio de concertación para reunirse cada vez que haya una fluctuación de precios. El 18 de septiembre también hubo un encuentro con “productores, agroindustriales y silos” de maíz blanco y amarillo.
La Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), que agrupa a la mayoría de los productores del país, celebró la decisión en un comunicado y además indicó que el precio de expectativa para la tonelada de maíz sería de entre $360 a $380.
Pero entre las industrias que compran la mayoría de sus materias primas nacionales, temen que elevar el costo de la tonelada de maíz afecte a los consumidores, pues advierten que si sube el precio del maíz, sube el precio de la harina.
Una fuente ligada al sector industrial, quien prefirió mantener su nombre en reserva, indicó a TalCual que actualmente compran la tonelada de maíz blanco en $315 y que desde 2022 los precios han bajado porque están atados a cómo se mueve el mercado internacional de cereales. Llevar la tonelada a $380 representaría un aumento de 20%.
La persona con conocimiento de la actividad señala que en 2022 pagaban por la tonelada de maíz nacional $360, mientras que el año pasado bajó a $340 y este 2024 se mantiene en $315. Sin embargo, apuntan que a este precio se le debe sumar el flete y el pago por el almacenamiento de la materia prima en los silos, lo que eleva el costo hasta 15%, en 2023 la tonelada terminaba siendo pagada en $390 por algunas empresas productoras.
“Si se fija un precio mínimo de venta para la tonelada de maíz, esto sería una distorsión y sería controlar el precio. La producción ha crecido justamente gracias al libre mercado”, dice.
Venezuela demanda al mes 80.000 toneladas de harina de maíz precocida, 30.000 toneladas van destinadas a los Clap y 50.000 toneladas es vendida por las empresas privadas.
Hace 15 años había tres grupos que dominaban en el mercado de la harina de maíz: PAN, Juana y La Lucha. Actualmente hay alrededor de 100 marcas nacionales.
Entre las marcas locales más recientes está Mary, que tiene una presentación de 900 gramos y vende el producto en $0,82. También de 900 gramos está Masantoni con un precio de $0,88. Algunos grupos señalan que han tenido que bajar sus precios ante la entrada de nuevos competidores.
Entre las harinas de un kilogramo, la que tiene el precio más bajo es Kaly con $0,75, Lucharepa $0,85, Juana $0,89 y PAN $1,09. Kaly es una marca reciente y pertenece a un grupo económico chino, a pesar de tener cuatro años, ya posee 20% del mercado, casi alcanzando a Alimentos Polar con 64 años en Venezuela que maneja 35% del mercado de harina de maíz precocida. Mimasa posee 10% del tamaño.
Por: Agencia