Un estudio realizado por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y la Encuesta Nacional de Juventud en 2021 reveló que al menos 37 % de los jóvenes en Venezuela se encuentran desempleados y sin poder estudiar.
La Encuesta Nacional de Juventud destaca que en ese 37 % el grupo etario más afectado es el que se ubica entre los 15 y 29 años, que no está inscrito en instituciones educativas ni mucho menos están en el mercado laboral, refiere Su Noticiero.
Esa doble exclusión afecta aún más a las mujeres de 20 a 24 años y a las personas de pobreza no extrema. Señalan que todo esto es consecuencia de la emergencia humanitaria compleja que atraviesa el país desde 2015, pero con la llegada de la pandemia se acentuó más y muchos dejaron la formación.
En cuanto a la parte educativa, desde 2017 en el nivel académico se registró una merma en su matrícula. Según cifras de manera extraoficial, para 2015 en la Unexpo había al menos 3.000 estudiantes, cuya cifra se redujo en la actualidad a un poco más de 700. Todo esto motivado a la falta de recursos para financiarse los estudios y la falta de oportunidades en el campo laboral una vez graduados.
De acuerdo a Luis España, sociólogo, lo que más preocupa son los jóvenes que ni trabajan ni estudian, manifestó que el Gobierno nacional no está haciendo algo para insertar a la juventud, bien sea en el área laboral o en educación y “debe preocuparse por el panorama futuro”.
Muchos de estos jóvenes que dejan los estudios lo hacen por las pocas oportunidades de progreso que ven en el país y aseguran que para qué van a continuar con sus estudios si no van a encontrar un trabajo para ejercer y con los sueldos que se ofrecen no pueden costear sus necesidades básicas.
Naudy Pereira, economista, señala que eso trae consecuencias para las industrias y para el país. Esto se viene viendo desde el año 2013 cuando empezaron a cerrar empresas, generando desempleo y muchas renuncias “y por eso la población emigró, porque tampoco ven oportunidades en el país”.
La Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) 2022, señala que la población venezolana para este año se ha estimado en 28,3 millones y que de esa cantidad casi 5 millones de personas dejaron el país desde el año 2015, lo que se traduce en que la estructura demográfica cambió abruptamente por la pérdida de personas en edades jóvenes que podía significar un factor de potenciación del desarrollo.
Eldy Montero, expresidente de la Cámara de Comercio en el estado Lara, dio una estimación y dijo que en los comercios el 80 % de su plantilla de trabajadores sólo tienen nivel académico de bachiller, mientras que el 20 % son técnicos superiores y universitarios, pero ninguno de estos ve suficiente el salario.
Según Pablo Chirinos, presidente de Fedecámaras en el estado Lara, las empresas se están recuperando poco a poco y necesitarán personal capacitado, a pesar de que están conscientes que muchos se fueron del país. “Pero estamos preparados para recibirlos, en especial en esos sectores que se van reactivando como, por ejemplo, el sector de alimentación, el cual tiene un crecimiento entre un 50 y 60 %, según estimaciones que han recabado, aunque precisó que no son cifras exactas.
Chirinos agregó que años atrás no había plaza para albergar todos los profesionales que salían para el área laboral, “pero con este crecimiento lo podemos volver a realizar”. Por lo que estiman que para el año que viene esperan que más áreas económicas como la automotriz, inmobiliaria y construcción crezcan como los demás sectores, para así también mejorar la situación económica del país y las oportunidades laborales.
Informal
“Para qué trabajar en una empresa o comercio, si en lo informal se genera más”. Esto se ha quedado grabado en la cabeza del trabajador joven, porque no ven atractivo que una empresa pague más de 150 dólares al mes y por eso prefieren irse a las calles con un oficio o emprender.
Según los cálculos, en una empresa o comercio le pueden cancelar a un trabajador joven entre 150 dólares y 200 dólares mensuales, según el nivel académico que tenga. A pesar de que este monto representa un 91 % más en el sector privado en comparación con el público, esa población económicamente activa que parte desde los 15 años en adelante no lo ve atractivo y prefiere migrar al comercio informal.
Eldy Montero, expresidente de la Cámara de Comercio del estado Lara, explicó que para un trabajador joven ganar desde 150 dólares en adelante no es suficiente para cubrir sus necesidades básicas, tomando en cuenta que nada más la canasta alimentaria en octubre se ubicó en $459,08, según Centro de Documentación y Análisis Social (Cendas).
El expresidente de la Cámara de Comercio puntualizó que un joven prefiere buscar dos o más ingresos informales y ya estaría generando el doble y hasta más de lo que puede devengar en una empresa “y por eso también muchos deciden realizar emprendimientos”.
De acuerdo a la Organización Internacional de Trabajo (OIT), en 20,5% está la tasa de desempleo joven en América Latina para el año 2022 y Venezuela no escapa de esto, y la situación económica no les permite progresar.
Dick Guanique, coordinador del Frente Autónomo de Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato, señaló en una entrevista en una página web que la crisis económica presente en Venezuela por la caída de la actividad productiva también limita las posibilidades de empleo formal para los jóvenes.
Por: Agencia