El sector agropecuario cerró 2023 con una situación preocupante, pues, aunque la producción creció levemente, disminuyó la rentabilidad para los productores y pone en riesgo el crecimiento de cara a 2024, especialmente ante la necesidad de incrementar la inversión en un contexto de ausente financiamiento.
De acuerdo con un informe presentado por el Coordinador Nacional de Productores de Un Nuevo Tiempo (UNT), Fernando Camino Peñalver, se requerirá una inversión de aproximadamente $ 1.500 millones para incrementar la producción nacional este año y así ahorrar unos $ 2.700 millones que actualmente se gastan para importar alimentos al país.
«El sector primario de la producción de alimentos, para poder sostener una producción que le ahorre al país un aproximado de $ 2.700 millones en importaciones anuales, requiere un monto aproximado de $1.500 millones en 2024 y un flujo continuo de financiamiento por cinco años consecutivos», detalla el informe.
El documento elaborado por Peñalver hace un paseo por los diferentes problemas de producción reportados por diversas cámaras de productores privados. Todos señalan la carencia de financiamiento como una barrera difícil de superar para incrementar la producción a futuro.
A la nula disponibilidad de crédito bancario se suman la escasez de combustible, la deficiencia del servicio eléctrico y la disminución del poder adquisitivo de los venezolanos como problemas centrales en la producción agropecuaria. Cada rubro afrontó dificultades distintas, como se muestra a continuación:
- Arroz, Ajonjolí, frijol chino y girasol: fueron perjudicados por la disminución de entre 23 y 30 por ciento del área de siembra a raíz de la escasez de combustible y la falta de financiamiento.
- Cereales y caña de azúcar: se vieron afectados por la «competencia desleal» frente a la materia prima importada utilizada por las industrias.
- Bovinos: los productores destacan como problemas el financiamiento, la escasez de combustible y las fallas del servicio eléctrico. También advierten el bajo consumo nacional de carne de res, que se mantiene en 10 kilogramos por persona al año.
- Pollo, cerdo y huevos: afrontan un diminuto consumo de proteínas animales, que se encuentra por debajo de la mayoría de los países del mundo.
- Leche y derivados: su principal afección es la baja capacidad adquisitiva del venezolano. El consumo de lácteos se ubica en 60 litros al año por persona, la mitad de los 120 litros recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Pesca: la actividad acuícola fue víctima de los derrames petroleros que contaminaron áreas de pesca en zonas costeras de Zulia, Falcón, Nueva Esparta y Anzoátegui.
En consecuencia, la Encuesta Cualitativa Empresarial publicada por Fedecámaras para el tercer trimestre de 2023 calculó una caída de 3,3 por ciento en el desempeño económico de la actividad agrícola. Para los productores, el negocio empeoró a pesar de que la producción incrementó levemente, detalla Tal Cual.
A este compendio de dificultades que pesan contra la producción alimenticia nacional, se añade el contrabando y otras prácticas comerciales de origen ilícito, que representan más de 40 por ciento del consumo nacional y, en caso de algunos productos manufacturados, llega a más de 80 por ciento del mercado.
Por: Agencias / Foto: Cortesía