El Gobierno colombiano aseguró este sábado que detrás de los ataques y la destrucción de las sedes de Fiscalía y de medicina legal en Popayán, capital del convulso departamento del Cauca (suroeste), están las disidencias de las FARC.
Así lo afirmó el ministro de Defensa, Diego Molano, quien encabezó un consejo de seguridad en esa ciudad que vivió una violenta jornada en la que un joven murió y otras 40 personas resultaron heridas en enfrentamientos entre manifestantes y la fuerza pública.
Las protestas contra el Gobierno del presidente colombiano, Iván Duque, que hoy completaron 18 días, buscan cambios en la política social y económica, al igual que el cese la brutalidad policial contra las marchas pacíficas, a la que señala, entre otros casos, como causal de la muerte de un joven ayer en Popayán.
“La primera hipótesis apunta a que disidencias de las FARC estarían detrás de este ataque”, dijo Molano quien explicó que el Gobierno ofrecerá una recompensa de hasta 50 millones de pesos (cerca de 14.000 dólares de hoy) por información sobre tres jefes disidentes que se ocultan en barriadas de esta ciudad.
Popayán vivió la noche del viernes y la madrugada de este sábado momentos de zozobra por los enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía.
La fuerza pública utilizó gases lacrimógenos y tanquetas que lanzaban chorros de agua para dispersar a la turba que también derribó monumentos y esculturas, hizo pintadas en las paredes de edificios del Gobierno y quemó al menos dos vehículos.
Entre tanto, la Fiscalía informó que en medio de los desmanes, fueron incendiados nueve vehículos, seis motocicletas y decenas de equipos de cómputo e impresoras.
Además hurtaron cocaína y marihuana que habían sido incautadas en operativos contra el tráfico de estupefacientes.
El origen de la violencia
En las manifestaciones del viernes murió el joven Sebastián Quintero Múnera, en hechos que son materia de investigación.
Igualmente la turba cargó contra la sede de la Fiscalía porque supuestamente allí fue abusada sexualmente una menor que denunció el hecho en redes sociales.
La abuela de la víctima contó que cuando la menor regresó de la Unidad de Reacción Inmediata (URI), de la Fiscalía, a donde la llevaron, volvió con moretones en el cuerpo y le dijo que la habían manoseado.
Posteriormente, la menor apareció inconsciente en su casa el jueves y la llevaron a un hospital, donde no pudieron reanimarla.
El ministro Molano dijo igualmente que en medio del ataque, que cree debe ser calificado de “terrorista” porque afecta la institucionalidad, fueron robadas 51 armas de fuego, entre ellas 15 fusiles, que estaban en la Fiscalía.
Para controlar los actos vandálicos y la violencia en las protestas llegaron a Popayán tres pelotones del Ejército y otras unidades del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).
Se extiende la violencia
Las multitudinarias manifestaciones contra Duque, que comenzaron el pasado 28 de abril, se han cobrado la vida de 42 personas (41 civiles y un policía), en hechos marcados por la brutalidad policial y por el vandalismo.
Cali, capital del departamento agroindustrial del Valle del Cauca, vecino del Cauca, ha sido la ciudad más golpeada por el vandalismo y la violencia en las manifestaciones.
Sin embargo en los dos últimos días los hechos violentos se extendieron a Jamundí, localidad cercana a Cali donde las instalaciones de la Alcaldía y el Concejo Municipal fueron quemadas por un grupo de desconocidos.
“Estos actos son supremamente dolorosos y reprochables. Nada justifica el uso de la violencia y nuestra posición como gobierno y mía como alcalde ha sido siempre el diálogo como la única salida, para que la vida prevalezca”, escribió en redes sociales el alcalde de Jamundí, Andrés Felipe Ramírez.
Asimismo pidió a las autoridades que “esclarezcan estos hechos” y denunció que “hubo una respuesta tardía para proteger la infraestructura pública”.
Por Agencia