La «seguridad en Europa se ve hoy en entredicho por el cambio de política exterior de Donald Trump respecto a su posición con Rusia», señaló el ex primer ministro italiano y presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, al exponer este martes en el Parlamento de Italia su informe sobre el futuro de la competitividad europea.
«El cambio de política exterior de nuestro principal aliado hacia Rusia ha demostrado ser una amenaza concreta para la Unión Europea (UE). Las directrices de la nueva administración han reducido drásticamente el tiempo disponible: Europa está ahora más sola en los foros internacionales», advirtió el economista.
Draghi agregó que «durante décadas, la UE ha garantizado a sus ciudadanos la paz, la prosperidad, la solidaridad y, junto con su aliado estadounidense, la seguridad, la soberanía y la independencia. Estos son los valores fundacionales de nuestra sociedad europea. Estos valores se están poniendo hoy en día en tela de juicio».
En su exposición, el exmandatario abogó por la necesidad de desarrollar tecnologías capaces de garantizar una defensa común de Europa y puso el ejemplo de que “entre 2020 y 2024, Estados Unidos suministró el 65 por ciento de los sistemas de defensa importados por los estados europeos adherentes a la OTAN”, y en «el mismo período, Italia importó alrededor del 30 por ciento de su material de defensa de Estados Unidos”.
Para la defensa europea «es necesario definir una cadena de mando de nivel superior que coordine ejércitos heterogéneos» y que «sea capaz de distanciarse de las prioridades nacionales operando como un sistema de defensa continental».
Draghi agregó que «las actuales compras europeas en materia de defensa -equivalentes a aproximadamente 110 mil millones de euros en 2023- deberían concentrarse en unas pocas plataformas avanzadas en lugar de en numerosas plataformas nacionales».
Una fragmentación “perjudicial” que hace que los países de la UE terminen comprando la mayor parte de sus plataformas militares a Estados Unidos, detalla EFE.
«Si la UE fuese capaz de coordinar sus inversiones tendría sin duda un mayor rendimiento industrial, así como una relación más equilibrada con su aliado atlántico también en el frente económico», aseveró.
Por otra parte, afirmó que la prosperidad europea, basada en un orden de relaciones internacionales y comerciales, «ahora se ve perturbada por las políticas proteccionistas de nuestro principal socio» en relación al anuncio de Trump de aumentar los aranceles y de otras políticas comerciales «que tendrán un fuerte impacto en las empresas italianas y europeas».
Draghi también advirtió de que los actuales elevados costes energéticos «ponen a las empresas, europeas e italianas en particular, en constante desventaja respecto a sus competidores extranjeros» y «ponen en riesgo la supervivencia de algunos sectores tradicionales de la economía, pero también el desarrollo de nuevas tecnologías de alto crecimiento».
Por lo que destacó que «una política seria para relanzar la competitividad europea debe tener como primer objetivo la reducción de las facturas, para las empresas y las familias».