Simply the best”, simplemente lo mejor, como dice una de sus canciones. Tina Turner, quien murió este miércoles a la edad de 83 años, acumuló éxitos durante su larga carrera como roquera, reflotada en la década de 1980.
Piel negra, melena rubia, sonrisa devastadora y actuación explosiva en el escenario: la “reina del rock’n’roll” fascinó a multitudes en estadios de todo el mundo, reseñó AFP.
Desde Canadá hasta Australia, más de 200 millones de personas han aplaudido a la cantante, un verdadero milagro del mundo del espectáculo que le valieron ocho premios Grammy.
Julio de 1976: Tina escapa a escondidas de la habitación del hotel de Dallas, Texas, donde duerme su marido, el cantante Ike Turner, quien acababa de golpearla por última vez. Con 36 años, ella tocó fondo.
Solo tiene 36 centavos en el bolsillo, acaba de poner fin a la gira que iba a comenzar esa noche y comienza una existencia errante para escapar de este marido drogadicto y violento.
La turbulenta vida con Ike
La pareja se había conocido 20 años antes en Saint-Louis (Misuri, centro). Tina, que todavía se llamaba Anna Mae Bullock, tenía solo 16 años y cantaba para “Kings of Rythm”, el grupo de blues de Ike Turner, ocho años mayor que ella.
Con Ike, Tina, nacida en Nutbush, Tennessee, el 26 de noviembre de 1939, escapa a su destino como hija de trabajadores divorciados, colocada a temprana edad como empleada doméstica.
Pero también descubre la violencia de un hombre que decide todo y la hace cambiar de nombre y apellido.
“The Ike and Tina Turner Revue” se convirtió en una de las bandas negras más populares del país en la década de 1960.
Pero el grupo, que gira al ritmo infernal de 270 conciertos al año, lucha por abrirse paso más allá del circuito negro.
Las cosas cambiaron en 1966 cuando Ike y sus músicos abrieron la gira de los Rolling Stones por el Reino Unido, abriendo la puerta de la pareja al éxito en Europa.
Inglaterra será también la ocasión para que Tina Turner inicie su carrera en el cine, con “Tommy” (1975), la ópera rock de los británicos pioneros del movimiento mod, The Who.
Pero Ike se ofende por el éxito de su esposa, hasta que en 1976 su víctima finalmente huye.
Cambiando de escondite con regularidad para escapar de su perseguidor, Tina termina obteniendo el divorcio y se refugia en el budismo.
Pero las deudas se le acumulaban y su carrera parecía estar al margen. Hasta el día en que conoce al productor australiano Roger Davies, quien ya había relanzado la carrera de Joe Cocker.
La resurrección
Roger lo cambia todo: look, músicos, repertorio y le da a la cantante un impulso decididamente roquero. Tina regresa al escenario junto a gigantes como Mick Jagger, Rod Stewart y David Bowie.
En 1983, Tina retoma un éxito de 1971, “Let’s stay together”, que marcó su resurrección. Pero no fue hasta que esa canción ocupó el sexto lugar en las listas de éxitos en el Reino Unido que el sencillo finalmente se lanzó en Estados Unidos.
El año siguiente es el de la consagración con el disco “Private Dancer”, cuya autoría está firmada por el guitarrista Mark Knopfler (Dire Straits).
Con “What’s Love Got To Do With It”, Tina finalmente llega a la cima de las listas de éxitos en su país natal.
Triunfó en el cine en 1985 en la tercera cinta de “Mad Max”, con Mel Gibson y firma otro éxito: “We Don’t Need Another Hero”.
Fin de vida en Suiza
Con más de 50 millones de álbumes vendidos, Tina Turner acumula falsas giras de despedida. A los 70 años, todavía estaba activa en los escenarios.
Se instaló definitivamente en Europa en la década de 1980, dividiendo su vida entre Zúrich y una villa en Villefranche-sur-Mer, cerca de Niza, con su compañero Erwin Bach, 17 años más joven. Se casaron en 2013, cuando ella tomó también la nacionalidad suiza y abandonó la norteamericana.
Acumuló distinciones como la Medalla de las Artes y las Letras de Francia y una invitación a la Casa Blanca de George W. Bush, quien la saludó con el título de “las piernas más famosas del mundo del espectáculo”.
La tragedia golpeó su vida en 2018 con el suicidio a los 59 años de su hijo mayor Craig, fruto de su relación con el saxofonista Raymond Hill.
Por Agencia