domingo, diciembre 22

Cumplir las sanciones contra Rusia es un dolor de cabeza para las empresas

El arsenal de sanciones económicas que impusieron los países occidentales a Rusia por la guerra en Ucrania enfrenta a las empresas a una serie de dificultades para cumplirlas y evitar el riesgo de ser alcanzadas por las medidas.

«En las últimas semanas, hemos hablado con cientos de responsables de empresas sobre las dificultades a las que se enfrentan«, explica a la AFP Alex Zuck, jefe de estrategia de productos de Moody’s Analytics, cuyo servicio ayuda a las empresas a nivel internacional.

Seis paquetes de sanciones de la Unión Europea, decenas de medidas estadounidenses, británicas, japonesas e incluso suizas, abarcan desde la congelación de activos hasta la prohibición de exportaciones estratégicas como semiconductores o componentes industriales, pasando por sanciones financieras.

Desde inicios de la guerra hace dos meses y medio, las primeras sanciones obligaron a las empresas a hacer un inventario de sus socios rusos.

«Es complejo y las dificultades se ven agravadas por el hecho de que nos encontramos con nuevas sanciones casi cada semana«, afirma una fuente del sector bancario europeo.

«En pie de guerra«

«Hay que ir a los equipos técnicos, hacer investigaciones. Tener un nombre sancionado es sólo la punta del iceberg, luego hay que buscar todas las conexiones de esta persona» e identificar a todos sus socios, continuó esta fuente, quien dice que esto requiere a veces reforzar los equipos jurídicos.

La labor de cumplimiento es más difícil porque Rusia estaba hasta ahora muy integrada en la economía mundial y era un mercado considerado prometedor por muchas empresas occidentales.

Estas compañías «tienen sus departamentos jurídicos en pie de guerra. Tienen equipos que a veces solo gestionan eso, porque para algunos su actividad diaria está en problemas«, explicó a la AFP Elodie Valette, abogada asociada al bufete Bryan Cave Leighton Paisner, que trabaja con empresas de los sectores del automóvil y la energía.

«Al principio, la gente con la que tratábamos estaba un poco perdida«, recuerda. «También tuvimos que hacer mucho trabajo para calificar las sanciones, clasificarlas por actividades e invitar a nuestros clientes a auditar«, agregó.

Eso implica revisar todas las relaciones comerciales: clientes, proveedores, socios… y averiguar quién está realmente detrás de las estructuras rusas.

Opacidad rusa

Este último punto es especialmente delicado, dice Alex Zuck. Por ejemplo, Estados Unidos y la UE no definen del mismo modo el nivel de propiedad o control de una entidad rusa a partir del cual se aplican las sanciones.

Además, «el enfoque clásico es preguntar a los socios quiénes son sus verdaderos propietarios. Pero a veces es muy difícil saberlo» debido a la opacidad que rodea a muchas estructuras rusas, subraya.

Los bancos están en primera línea de esta guerra económica, especialmente los que tienen estrechos vínculos financieros con Rusia o están presentes en los países cercanos.

«Los primeros días han sido un shock«, dijo al Wall Street Journal Ulvis Jankavs, subdirector de lucha contra el blanqueo de capitales de la filial letona de Skandinaviska Enskilda Banken (SEB).

El incumplimiento de las sanciones puede costar caro. El banco francés BNP Paribas pagó el precio en 2014 cuando fue condenado por Estados Unidos a pagar 8.900 millones de dólares por violar de los embargos estadounidenses contra Cuba, Irán y Sudán.

«Hoy en día, todo el mundo quiere aplicar estrictamente las sanciones«, dice Valette.

«Pero las empresas están ahora más preocupadas por la aplicación de las cláusulas de fuerza mayor en caso de abandono de las actividades, o por lo que arriesgan en términos de reputación si permanecen en Rusia«, continúa la abogada.

Miran también hacia el futuro tratando de reforzar sus dispositivos de cumplimiento, dice Zuck, de Moody’s. «Pocos piensan que las sanciones desaparecerán de repente. Es probable que duren y aumenten«, agregó.

Por: Agencia