jueves, noviembre 21

Cumbre latinoamericana insiste en el fracaso de la guerra tradicional contra las drogas

La Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas dejó este viernes un acuerdo común: que la guerra tradicional contra las drogas es un fracaso y que hay que replantearla; sin embargo no ha habido un consenso sobre el esbozo de un nuevo modelo que regule estupefacientes como la cocaína.

En el encuentro que se celebra desde ayer y hasta el sábado en la ciudad colombiana de Cali, expertos y representantes gubernamentales -fundamentalmente colombianos- han planteado una hoja de ruta para establecer una nueva forma de abordar el problema mundial de las drogas que deje atrás, entre otros asuntos, la persecución al campesino.

«El liderazgo internacional le corresponde a nuestro país y creo que se está ejerciendo de un modo responsable«, aseguró el ministro colombiano de Justicia, Néstor Osuna, en el primero de los paneles del día, reseña EFE.

Y dentro de ese liderazgo, aseguró, el presidente colombiano, Gustavo Petro, ha señalado en diversas cumbres y países «a la comunidad internacional que el prohibicionismo no fue una política acertada«.

Nueva política de drogas

Petro presentará mañana en el cierre de la Conferencia la nueva política de drogas, una iniciativa que busca dejar de perseguir a los campesinos que cultivan hoja de coca y enfatizar las acciones contra las redes de narcotráfico.

Este «cambio de narrativas» es un paso importante, dicen organizaciones que trabajan con campesinos y que tienen mucho conocimiento sobre las drogas. No obstante, expertas como María Alejandra Vélez, directora del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (CESED) de la Universidad de los Andes, considera que Colombia está siendo «tímida» frente a su «liderazgo internacional«.

«Celebro la política de drogas, pero llamo a que no seamos tímidos, al menos en plantear cómo puede ser ese modelo de cocaína regulada, porque si nos quedamos en defender al campesino productor sin plantear alternativas al otro lado, con un mercado de 21 millones de consumidores de cocaína, lo que se arregla de un lado, estallará del otro«, apuntó la experta.

El ministro de Justicia, en respuesta, confió en que «transitemos a un mundo sin economías ilegales de drogas, con una regulación responsable, razonable sobre cocaína, sobre heroína, sobre opioides, sobre cannabis«, pero resaltó que actualmente con las leyes internacionales es difícil hacerlo.

Por eso Colombia no puede obrar fuera de ese marco internacional, dijo el ministro, pero va a plantear en escenarios internacionales «que se requiere un mercado regulado con un uso razonable de cocaína, de heroína, de opioides y de todas estas sustancia y que el prohibicismo y el punitivismo no dio resultado«.

Y la progresión del alcohol, cuyo consumo hace un siglo se perseguía, puede ser una orientación, así como el del tabaco, que ha bajado el consumo no «llevando a la cárcel a quien fuma» pero con campañas de prevención y de salud pública.

Acabar con el punitivismo 

Por otro lado, la conferencia también abordó formas de dejar los castigos atrás: «Es un imaginario que no se corresponde con la realidad, pensar que en las cárceles están los grandes capos del narcotrafico, eso no es cierto, las cárceles están llenas de gente pobre«, dijo el ministro.

«Los enfoques punitivos tienen resultados limitados en cualquier campo y pensar que el derecho penal o un enfoque punitivo o la cárcel puede dar resultados más allá de los límites propios del castigo penal es un error frecuente de nuestras sociedades contemporáneas, alimentado por el fenómeno punitivo«, consideró.

La Conferencia Latinoamericana y del Caribe de Drogas lleva dos días recogiendo posturas, críticas y nuevas ideas para abordar un problema que es mundial y mañana entregarán sus conclusiones al presidente colombiano, Gustavo Petro, y al mexicano, Andrés Manuel López Obrador.

Por: Agencia