Las elecciones del próximo domingo 28 de julio son como aquella mujer que espera un hijo y contra viento y marea el muchacho viene al mundo a los nueve meses.
Es indudable que las elecciones se van a realizar por encima de los temores que han surgido, de los tropiezos existentes y por supuesto Venezuela va a cambiar para mejor de eso estamos seguros.
La participación de la gente se manifiesta en Caracas, Barinas, Táchira, Mérida, Trujillo en todas partes por donde pasa el candidato de la oposición Edmundo González Urrutia con María Corina Machado, es una gran esperanza que se teje en el horizonte y la gente no quiere dejar de montarse en ese autobús de la victoria rumbo al 28 de julio.
Esa marea es notoria por todos lados y el gobierno actual es hora de que entregue el poder una vez que se conozcan los resultados indudables que se darán en esa fecha histórica.
Ya la gente no se come el cuento chino de las sanciones, todo el mundo sabe que las duras dificultades que hoy vivimos son el producto del mal manejo de la economía, de la corrupción, de la incapacidad y de la falta de inversión.
De igual forma hablan del “imperio” cuando genuflexos se postran ante la tiranía cubana y los imperios ruso, chino y al régimen teocrático persa como el de Irán.
Hoy más que nunca los venezolanos estamos del lado de la gran transformación que se dará a partir del 28, y ese triunfo hay que asumirlo con humildad, cabeza fría en pro de los grandes intereses del país porque las cosas tienen necesariamente que cambiar.
Ya la gente lo que está contando son las horas los minutos de aquí al 28 y se ha venido pronunciando en contra de esos malos gobernantes como el gobernador del estado Sucre a quien rechazaron en Cumanacoa por no atender a la gente víctima de la tragedia causada por el desbordamiento del rio Manzanares a causa del coletazo del huracán Berly en su paso por el caribe.
El gobernador del Psuv, Gilberto Pinto, llegó y la población en medio de un ambiente de tristeza y desalación como es obvio la comunidad lo rechazó de manera iracunda y categórica porque lo que iba hacer era campaña política llena de mentiras y demagogia.
Por eso sí hay que ir a votar el 28 y ganar, no queda de otra ese es el camino.
Por Ángel Montiel