Atravesar la calle 127, ubicada entre los barrios Brisas del Sur y Monte Bello, en la parroquia Manuel Dagnino, en Maracaibo, puede ser una experiencia extrema a la altura de la cañada La Frontera, la cual, desde hace más de media década erosiona un tramo de la ruta al punto que apenas y queda espacio para que un vehículo a la vez.
Los vecinos comentaron a Foco Informativo que más de un carro cayó al precipicio, el cual alberga en su fondo monte y toneladas de basura arrojada, en muchos casos, por los mismos habitantes de los barrios que colindan con la quebrada, pero el problema mayor del socavamiento que sostiene la carretera se agudiza cuando llueve.
“Por aquí pasa la ruta Los Robles, carritos, vanes y microbuses. Hasta gandolas pasan. Yo no sé cómo no se han caído. Cuando el aseo no pasa, los otros vecinos tiran la basura a la cañada, pero lo hacen en la noche para que nadie los vea”, indicó Dalia Hernández, habitante de la zona.
En la mayoría de los casos los vecinos observan cómo los conductores que están en sentidos opuestos se ponen de acuerdo para pasar, y así evitar que cualquiera de ellos caiga.
Martín Parra, vecino y transportista de Maracaibo, manifestó su asombro por la falta atención al problema, y teme que con las recientes lluvias aumente el peligro para los conductores que atraviesan por allí.
“Toda la vida he vivido por aquí. Hicieron un puente que está por Los Pinos y dejaron esto por aquí, que es una vía principal, abandonada y sola como está. Esto es una vía muy transitada”, aseguró el trabajador del volante que pasa todos los días por el «pedazo» de carretera que queda.
En su apreciación queda menos de un canal para pasar, porque tiene menos espacio del requerido por las normas internacionales de tránsito.
“Un canal tiene, por decirle algo, tres o cuatro metros, eso tiene como dos metros y medio. Esto no siempre estuvo así por ser una vía muy transitada. No puedo asegurar que la comunidad de los barrios denunció esta situación, porque estoy atendiendo una situación familiar”, aclaró el vecino.
Por: José Manuel Sánchez / Fotos: Lizaura Noriega