Con presencia de feligresía y bajo normas de bioseguridad, la misa solemne por la bajada de la Virgen de Chiquinquirá inició a las 5.48 de la tarde. Monseñor José Luis Azuaje la presidió.
En el sermón de la homilía, el arzobispo de Maracaibo detalló la importancia de rescatar los valores de honrar, respetar, obedecer y cuidar.
Resaltó la importancia de “no caer en más de lo mismo” o insistir en mantener “estructuras caducas que ya no nos dicen nada, sin pensamiento creativo”.
Azuaje señaló que es necesario mirar con los ojos del sentido humanitario y “nunca” con intereses individuales.
“Cuando aprendamos a usar el nosotros y no tanto el yo, cambiaremos nuestra estructura mental”.
El representante de la Iglesia católica se refirió, además a las familias venezolanas y dijo que están “amenazadas por los condicionamientos económicos, el estrés ante los esfuerzos de sobrevivencia y la desnutrición”.
Destacó la importancia de cuidar a «un pueblo empobrecido y una familia desarraiga, desvinculada de sus afectos por tantos migrantes fuera de sus casas».
Antes de dar la bendición, monseñor Azuaje reiteró la importancia de seguir con los cuidados de bioseguridad “porque la pandemia no ha terminado”. Pidió a la feligresía seguir en oración para que Dios y la Virgen libren a su pueblo de este mal llamado COVID-19.
Dijo que en ocasiones las decisiones que toma la Iglesia no son bien vistas por la comunidad, pero indicó que se deben tomar “porque son necesarias”. Esto en referencia a las limitaciones que existieron en el acto de la bajada de La Chinita.
Al finalizar pidió a las autoridades que cuiden al pueblo ahora que el país está en época electoral.
Tras culminar la homilía el tobogán en el que desciende la reliquia de la Virgen Morena se encendió.
Por: María Gabriela Villalobos / Fotos: Lizaura Noriega