La canciller alemana, Angela Merkel, reconoció este viernes 20 de agosto, las diferencias que le separan del presidente ruso, Vladímir Putin, en su reunión de despedida en el Kremlin.
“Pese a que tenemos diferente opiniones, es bueno que dialoguemos. Tenemos cosas que hablar”, dijo Merkel al comienzo de la reunión en el Gran Palacio del Kremlin.
Entre otros asuntos, Merkel mencionó las relaciones bilaterales, el estado de la sociedad civil en el país, Libia y, “por supuesto, Afganistán”, reseño EFE.
“Sí, ésta es mi gira de despedida. Estoy muy contenta por ello. Como se dijo antes, no sólo de despedida, sino de trabajo. Hay con qué llenar nuestro tiempo”, apuntó.
Antes de llegar al Kremlin, la dirigente alemana depositó un ramo de flores frente a la llama al soldado desconocido que recuerda a los caídos en la guerra contra la Alemania nazi (1941-45).
“Por supuesto, no puedo no recordar que hace 80 años la Alemania hitleriana atacó a la Unión Soviética”, señaló.
Por su parte, Putin, que recibió a su homóloga alemana con un ramo de flores, destacó que Alemania es el segundo socio comercial de Rusia después de China.
“También gracias a sus esfuerzos a lo largo de los pasados 16 años en calidad de canciller federal”, explicó.
Resaltó que en el primer semestre el volumen comercial casi se ha duplicado y que funcionan “todos los mecanismos” de cooperación bilateral.
“Hay muchas cuestiones que exigen ser discutidas personalmente. Así que, estoy seguro de que esta no será sólo una visita de despedida relacionada con su decisión de no presentarse a la reelección como canciller, sino una visita llena de contenido”, insistió.
Como anécdota, el teléfono de la canciller sonó durante las palabras del jefe del Kremlin, que no dudó en sonreír y aludir a que ambos países mantienen “constantes contactos telefónicos”.
Con ningún otro líder occidental ha coincidido Putin tanto tiempo como con Merkel, que llegó al poder en 2005, cinco años más tarde que el mandatario ruso.
En su última gira exterior, Merkel viajará el domingo a Ucrania para impulsar el cumplimiento de los Acuerdos de Minsk y defender el gasoducto Nord Stream, apoyado por Berlín y Moscú, y rechazado por Kiev y Washington.
Por Agencia