Este 8 de marzo al celebrarse el Día Internacional de la Mujer Foco Informativo muestra una poco más de las acompañantes sublimes que son piezas fundamentales en el trabajo del Alcalde de Maracaibo, Rafael Ramírez, y el de San Francisco, Gustavo Fernández: sus primeras damas, quienes son los brazos fuertes y excelsos que guían a los burgomaestres.
Con una amplia responsabilidad, tanto Vanessa Linares de Ramírez como Franciela Núñez de Fernández coinciden en que su motivación para emprender diariamente largas jornadas de trabajo es el servicio, y el deseo de aliviar en las personas esos problemas con los que se encuentran en sus recorridos.
“Amar y servir”
Vanessa Linares de Ramírez, la primera dama del municipio Maracaibo, es socióloga de profesión. Conoce muy bien cómo es el trabajo con las comunidades y como buena católica cuando tiene la oportunidad siempre comparte la frase de San Ignacio de Loyola: “En todo amar y servir”.
Recibe al equipo de Foco Informativo en su despacho en Villa Carmen. Al momento de la entrevista decide sentarse frente a un cuadro que tiene en la oficia de Jesús de la Misericordia: “En todas mis reuniones este es mi puesto, frente a él para que me ilumine”.
Define a la mujer maracaibera fuerte como el sol que representa a los zulianos. “Somos fuertes, de carácter, fuertes en el aspecto para empujar, para desarrollar, para emprender, me refiero a esa fuerza, a esa voluntad de hacer, de crear y de sostener a la familia”.
Para la primera dama de Maracaibo el papel de la mujer en la política actual es “muy importante” por ese sentido sensible. Está convencida que en política la mujer amansa. “Le damos esa parte que, a veces, se diluye entre tantas discusiones y tantas situaciones que hay que resolver”.
A sus 33 años, Linares de Ramírez asegura que no estaba preparada para los cambios que originan el ser primera dama de una de las ciudades más importantes de Venezuela. “Tal vez puedes estar preparado académicamente, pero realmente nunca te preparas, simplemente te vas sensibilizando, te vas humanizando, te vas nutriendo como ser humano y cuando te toca en esta envestidura o en estos cargos solo debes demostrar lo que has aprendido de vida”, explica.
Asegura que no ve el trabajo que desempeña como un sacrificio, aunque aclara que sí tiene mucha responsabilidad. “No es solamente hacer una actividad protocolar como muchos creen”. Recuerda que son varios los roles que debe cumplir: el de mamá, el de esposa, el de hija, el de amiga y a esto se le suma las exigencias que hace Maracaibo.
“El municipio me requiere, porque el Alcalde es como el papá, pero está mamá por aquí. Esa mano que ayuda, la mano que te acompaña”, explica con serenidad Linares, quien egresó de pregrado de la Universidad del Zulia a los 23 años.
En estos tres meses que tiene en el cargo de primera dama son muchas las situaciones vistas en las comunidades que la han marcado, pero resalta que actualmente una de sus principales preocupaciones es el tema de la dentadura de los niños, además la desnutrición en pequeños y adultos mayores.
Sin embargo, destaca que hay algo positivo que también la ha marcado y es, esas ganas de “echara para adelante” que siempre ve en las sonrisas de las personas.
“No tienen agua, no tienen luz, ni un techo decente donde vivir y la gente siempre tiene una sonrisa. Es increíble cómo a pesar de la situación en la que se encuentra están allí esperando que algo bueno les va a pasar”, resaltó.
Para finalizar, Vanessa Linares dice que solo espera que Maracaibo sea visualizado como “un rinconcito para soñar” a través del trabajo y no será de un nombre en específico o de una figura. “Si la gente tiene que recordar algo quiero que eso sea la gestión, al equipo que logrará transformar la ciudad”.
“Somos emprendedoras y guerreras”
La primera dama del municipio sureño, Franciela Núñez de Fernández, califica de humildes, luchadoras y dedicadas a las mujeres zulianas. Inició sirviendo a la gente a través de su fundación llamada “100 % San Francisco”. Atiende al equipo periodístico de Foco Informativo desde el despacho de DamaSur. En una conversación de unos 40 minutos la esposa del alcalde Gustavo Fernández hace un recuento de su trabajo.
Manifiesta que tiene un compromiso con Dios, con el pueblo de San Franscisco, pero muy especialmente con los niños y abuelos.
“Desde el 21 de noviembre la familia creció y hora todos los niños del municipio son nuestros hijos. Mi esposo y yo somos responsables de cada ciudadano del municipio y me mueven mucho los niños, los abuelos, porque se ha perdido el enfoque. Los abuelos están muy solos. El calor humano se ha perdido. Quiero rescatar eso. Quiero que nuestros niños sean felices”, comenta Núñez de Fernández.
Confiesa que es una persona “muy dada” y que su fundación la ayudó para prepararse en el servicio. “Siempre le pedí mucho a Dios una oportunidad para ayudar a más gente, porque a veces me quedaba corta y esta es la gran oportunidad. Estoy agradecida con Dios y no lo voy a defraudar jamás”, dijo.
Núñez de Fernández comenta que su familia “viene de abajo” y que han atravesado situaciones como cualquier otra familia. A su juicio, esas similitudes les han hecho ganar el respeto de los habitantes de San Francisco. Señala que esto la preparó para el cargo que hoy desempeña.
Entre los sacrificios más fuertes que ha hecho al asumir el cargo es el de “tener que dejar” a su hijo. “Se pierde un poco la conexión. En ocasiones nos vamos muy temprano y no se ha levando y llegamos muy tarde y ya está dormido». Pero, tiene como regla familiar que los domingos son dedicados exclusivamente al menor de la familia.
Desea que San Francisco la recuerde como una mujer emprendedora, luchadora que llegó al municipio para servir y ayudar.
Antes de finalizar la conversación, la primera dama menciona varios casos que la han marcado. Señala a dos hermanas, de 7 y 9 años, que fueron abusadas y quien las llevó a eso fue su abuela. Ya están bajo resguardo en la casa de abrigo Negra Matea.
También, recordó el caso de Felipe, un niño que escapó de casa de su tía, porque lo maltrataban y esperaba que su papá lo buscara.
“El día que Felipe se fue todos lloramos, pero como estaría con su padre pues también nos alegraba”, concluye la primera dama.
Vanessa Linares de Ramírez y Franciela Núñez de Fernández, sin duda alguna, tienen al frente una gran misión que cumplir como mujeres, madres, esposas, hijas y creyentes de Dios.
Por: María Gabriela Villalobos / Fotos: Lizaura Noriega