La vicepresidenta y canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez, advirtió de un diálogo errático en las conversaciones entre el gobierno y la oposición venezolana y afirmó que su único objetivo debe ser «asegurar que haya una elección presidencial transparente y libre» y así debe garantizarlo la comunidad internacional.
El diálogo en México «es un intento tímido al cual nosotros no queremos ponerle una carga de dinamita, pero tenemos que ser muy claros en que si el objetivo de la negociación es un diálogo, eso no va a conducir realmente a un cambio profundo», dijo la vicepresidenta al término de la 49 Reunión del Consejo Ampliado de Ministros de Exteriores de la Comunidad Andina (CAN).
No al diálogo errático
«En cambio agregó si el objetivo es asegurar que haya una elección presidencial transparente y libre, entonces eso sí puede producir un cambio profundo, y esa es la gran responsabilidad que tienen los países desarrollados que han venido prodigando ese diálogo».
Ramírez se refería al inicio este viernes de la segunda fase del diálogo en México, a donde el oficialismo venezolano llegó con una comitiva más numerosa y demandas concretas para el fin de las sanciones internacionales.
Demandas de las que ella no quiere ni oír hasta que concluya el diálogo y «se garantice la elección presidencial transparente»; solo «ahí se puede hablar de repasar las medidas tomadas».
El gobierno de Colombia, país vecino de Venezuela, reconoce como presidente venezolano al opositor Juan Guaidó desde enero de 2019.
Los dos países rompieron sus relaciones por decisión del presidente venezolano, Nicolás Maduro, el 23 de febrero de 2019, después de que Guaidó intentara ingresar desde Cúcuta una caravana de ayuda humanitaria.
Desde entonces, ambos Gobiernos se han cruzado diversas acusaciones y Venezuela ha asegurado que Colombia alberga grupos que se entrenan para asesinar a Maduro.
La segunda mandataria colombiana argumenta que en Venezuela no se debe tolerar ni «cometer el error» del pasado, en el que las conversaciones giraron sin «un objetivo claro que condujera al restablecimiento de la democracia. Y lo importante es que eso no suceda otra vez con México».
«Tenemos que asegurarnos que no terminen distrayéndose y simplemente (hablando de) una elección de alcaldes y gobernadores que no va a cambiar nada», o que se convierta en un «diálogo incesante, indefinido, sin término y sin objetivo claro, porque sería un nuevo fracaso».
Agenda bilateral
En una visita de 24 horas a Ecuador para la reunión de la CAN, la vicepresidenta colombiana se reunió este viernes con su colega ecuatoriano, Alfredo Borrero, así como con varios ministros para hacer un repaso a la relación bilateral y abordar medidas conjuntas para la reactivación en la era pospandemia.
Sobre la situación del covid-19 en Ecuador elogió la «extraordinaria labor» del presidente Guillermo Lasso y de su gabinete para vacunar a nueve millones de personas en apenas 100 días y destacó la importancia de colaborar para afrontar los «desafíos» comunes.
«Estamos hablando de desarrollar acciones conjuntas para la investigación científica y ojalá podamos en el futuro desarrollar vacunas, no solo pensando en el covid, también en otras enfermedades virales y epidemias», aseveró.
También hablaron las dos partes de la reactivación, porque «va de la mano» con la vacunación, y de generación de empleo para «la gente que está tan afectada por la pandemia».
En el repaso bilateral se incluyó la cooperación productiva para «identificar las fuerzas de cada uno y las complementariedades y poder salir juntos al mercado internacional», así como el desafío del narcotráfico en la frontera común, donde -dijo se requiere aumentar la cooperación en justicia, seguridad y policial.
En ese sentido, sugirió «habilitar los pasos fronterizos legales» porque su cierre, desde marzo de 2020, ha provocado que el crimen «esté abriendo un montón de pasos ilegales en la frontera».
«Reanimar la CAN»
Una agenda bilateral que también concuerda a grandes rasgos con la que Ecuador, como presidente pro tempore, presentó en la reunión del Consejo Ampliado de la CAN, a la que también asistieron de forma presencia y virtual los cancilleres y ministros de Producción y Comercio de Colombia, Perú y Bolivia.
Ramírez se mostró satisfecha con el plan de trabajo de Quito, que busca afianzar los aspectos institucionales para fortalecer esa organización de integración, la más antigua de Suramérica.
Y consideró que, después de medio siglo, necesita de una «reanimación» porque «ahora hay que tener una mayor dimensión, más ambición».
«Me parece de verdad que la esencia de la Comunidad Andina sigue viva, tenemos que lograr sobre todo (fortalecer) la institucionalidad de la CAN para que tenga la capacidad de responder con mucha más eficiencia a esos desafíos de hoy», sentenció.
Una organización cuyo «núcleo» puede servir de ejemplo, a su juicio, para algo continental, en una era en la que el integracionismo suramericano se ha diluido por la «polarización política».
«No podemos desestimar la importancia que tiene el mercado de Estados Unidos. Podemos convertirnos en un gran proveedor si nos integramos mejor (..) con elementos colombianos, ecuatorianos, peruanos, es decir, desarrollando valor agregado que tenga acumulación de origen y nos permita exportar al mundo».
Pero abogó que ese proceso debe estar consolidado sobre pilares de «democracia», «institucionalidad», «división de poderes», y garantías de mercado y «seguridad» para las empresas: «Necesita visión de largo plazo, audacia y paciencia, e integridad en la democracia», concluyó.
Po