Aunque el presidente de China Xi Jinping se vio cara a cara con el mandatario de Estados Unidos Joe Biden lo hablado lo “acordado” no vale nada porque se pierde entre las aguas como la sal y el agua. La razón es sencilla, Biden está saliendo y no tiene la potestad de establecer acuerdos con el gigante asiático que le permita al gobierno de Xi saber cómo son las futuras relaciones con la nueva administración estadounidense.
El gobierno chino navega en incógnita ante la amenaza del nuevo mandatario Donald Trump de imponer nuevos aranceles a las mercancías chinas como ya lo hizo en el primer gobierno.
Pero más allá de que esto sea una realidad o especulación lo cierto es que Beijing está analizando escenarios sobre cuáles podrían ser las políticas del gobierno trumpista hacia la República Popular China, lo que marcaría en el futuro las relaciones bilaterales, y más allá el comportamiento de la diplomacia china en el mundo.
La gran interrogante prevalece en el escenario chino, mientras que sigue avanzando su influencia en latinoamérica especialmente con la inauguración del mega puerto Chancay, el primer puerto chino de latinoamérica construido en Perú con una inversión de 3 mil millones de dólares. Este puerto pretende erigirse en una de las principales conexiones de China con el hemisferio occidental dando un vasto impulso al creciente comercio de mercancías. Sin duda un gran acierto que indudablemente se anota el gobierno chino.
Los chinos deshojan la margarita sobre cómo se comportarán ante Trump ¿se mantendrán firmes en su política? ¿doblarán las piernas o sencillamente estarán en una etapa intermedia de establecer acuerdos de amistad comercial? Quizás, esta es la política que a prevalecido y probablemente siga.
Y aunque el presidente Xi dijo en Lima que ellos no esperan cambios en la política exterior de Washington es probable que si ocurran a pesar de que Beijing insiste que es un amigo más no un aliado importante sobretodo en el aspecto comercial una especie de “socios, no rivales”.
Las relaciones entre las dos super potencias estarán llenas de conflictos e incertidumbres, es un reto para la nueva administración de Donald Trump mantener un diálogo franco ante los nuevos escenarios que se presentan en el mundo.
Por: Angel Montiel
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