sábado, septiembre 28

La grey zuliana despide a monseñor Roberto Lückert: «No tuvo miedo a decir la verdad»

Este martes 18 de junio Roberto Lückert León, arzobispo emérito de Coro, fue sepultado en la iglesia Nuestra Señora de La Asunción, ubicada en Los Haticos, sector del sur de Maracaibo que vio nacer a este reconocido clérigo venezolano. Estaba rodeado de sus familiares, amigos, fieles católicos, hermanos del sacerdocio y políticos de la región.

La misa exequial la presidió Mariano José Parra, arzobispo emérito de Coro, quien en su homilía tuvo emotivas palabras para Lückert a quien calificó como “alguien más que un hermano en el sacerdocio y el episcopado”.

“Monseñor Roberto Lückert me conoció a mi desde los 11 años. Fue quien llamó a mis padres para llevarme al centro vocacional porque había escuchado que quería ser sacerdote. Luego me acompañó durante todos mis años de seminario, aconsejándome en muchas oportunidades en momentos difíciles. También como sacerdote me aconsejó muchas veces, me llamó, me orientaba y me enseñó muchas cosas que hoy tengo que agradecerle. Finalmente, como obispo también dejo de estar a mi lado y siempre estuvo dándome palabras de aliento en momento de tristeza o de problemas personales que tenía allí estaba presente. Por eso Lückert para mí no solamente era un hermano de episcopado y de sacerdocio, sino era mi amigo y consejero”, contó.

El discurso de Parra estuvo cargado de las anécdotas de Lückert y de cómo vivió su vida sacerdotal tanto en Zulia como en Falcón, después de todo como él mismo celebrante dijo en su introducción: “Al rededor del altar debemos celebrar la vida de nuestro hermano Roberto Lückert León, quien ha sido llamado por nuestro padre, Dios, a participar en el reino de los cielos”.

Recalcó que a través de su verbo tan característico monseñor Lückert no solamente anunciaba la buena nueva de Jesús y su reino, sino que también decía la “verdad sin miedo ante peligro de ser perseguido por quienes se sentían afectados por sus denuncias”.

El buen pastor

El clérigo también describió a Lückert como un pastor que conocía a sus ovejas, las cuales al mismo tiempo lo conocían debido a que no existía lugar en estado Falcón que no conociera.

“Se desprendió de su vida para entregarse al servicio de su pueblo, en el ministerio sacerdotal y el episcopal, día a día fue anunciado la buena nueva tanto a las parroquias y servicios que le encomendaron en esta arquidiócesis de Maracaibo como las dos diócesis que le tocó pastorear. (…) No existe un barrio, un pueblo y caserío, en el estado, Falcón donde él no haya estado o visitado”, enfatizó.

Recordó que la Arquidiócesis de Coro la recorrió en cinco oportunidades a manera de vistas pastorales y la feligresía lo reconocía como un sacerdote de verbo directo y profético, también por su jovialidad y sentido del humor.

“Son muchas las familias donde Roberto llegó para compartir alegrías y tristezas. (…) Conocer a las ovejas y ser conocidas por ellas no se limita a saber las necesidades, conocer es involucrarse”, detalló.

El adiós

Una vez concluida la ceremonia el féretro monseñor Lückert, ubicado bajo la mirada de María madre de Dios, en sus advocaciones de Guadalupe y la Chinita, fue tocado por sus hermanos en sacerdocio, quienes tocaban las tapas a manera de despedida. Luego lo cargaron en hombros para dar un corto recorrido por el templo.

Finalmente, ante la mirada de sus familiares, amigos, sacerdotes, feligresía y políticos que, de una manera u otra manera sintieron su influencia, el ataúd de monseñor Lückert bajó hasta lugar de su descanso final.

Por: José Manuel Sánchez / Fotos cortesía: Xiomara Solano