
Se mantendrán los controles por carretera a causa del veto interpuesto por Austria, el único país de la Unión Europea (UE) reacio a que esos dos países se incorporen a la zona, por temor a la llegada de solicitantes de asilo.
Aunque la adhesión sea parcial, al estar limitada a aeropuertos y puertos marítimos, se trata de un paso muy importante, detalla AFP.
Por el espacio Schengen, creado en 1985, pueden transitar libremente, sin controles en las fronteras interiores, más de 400 millones de personas.
«Se trata de un gran éxito para los dos países», declaró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un comunicado.
«Es un momento histórico para el espacio Schengen, el mayor espacio de libre circulación del mundo. Juntos, construimos una Europa más fuerte y unida para todos nuestros ciudadanos», señaló.
Con la adhesión de Rumania, un país de 19 millones de habitantes, y de Bulgaria, de 6,5 millones; Schengen pasará a tener 29 miembros: 25 de los 27 Estados de la UE además de sus vecinos Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein. Croacia, que entró en la UE después de Rumania y Bulgaria -que son miembros del bloque desde 2007-, forma parte de Schengen desde enero de 2023.
Proceso irreversible
En el aeropuerto de Bucarest, capital de Rumania, donde la mayoría delod vuelos tienen destino en países del espacio Schengen, los empleados han trabajado toda la semana en preparar este cambio.
El gobierno prometió reforzar los efectivos para realizar controles aleatorios, sobre todo enfocados a menores, «para evitar que sean presa de redes de trata de seres humanos».
Los agentes desplegados también se encargarán de «dar indicaciones a los pasajeros e identificar a quienes pretendan aprovechar la medida para abandonar ilegalmente Rumania».
Se trata de un conjunto de medidas destinadas a convencer a Viena de que deje de lado sus reticencias y poder convertirse en miembros del espacio Schengen al 100 por ciento.
Sin embargo, por carretera, las cosas seguirán igual.
Según uno de los principales sindicatos rumanos del sector de transportistas por carretera, los camioneros tienen que esperar de 18 a 16 horas en la frontera con Hungría, y «de 20 a 30 horas» para entrar en Bulgaria, aunque a veces se dan «picos de hasta tres días» en ambos puntos de paso.
En Bulgaria las denuncias son similares. «Solo el tres por ciento de las mercancías búlgaras se suministran por aire y mar, el 97 por ciento restante circula por vía terrestre», afirma Vassil Velev, presidente de la organización BICA (Bulgarian Industrial Capital Association), entrevistado por la AFP.
En cualquier caso, tanto Bulgaria como Rumania advirtieron: ya no hay vuelta atrás.
«Está claro que este proceso es irreversible», destacó en marzo el ministro de Interior rumano, Catalin Predoiu, pidiendo que la incorporación a Schengen sea total antes de que termine el año.
Por: Agencias / Foto: Cortesía

