jueves, noviembre 21

Dos espejos contradictorios: Venezuela y Noruega

Considerado un pensador de la Venezuela moderna, Arturo Uslar Pietri ponía los puntos sobre las íes.

De cuando en cuando hacía afirmaciones que a muchos les parecían sorpresivas, confusas y por supuesto, las consideraban de una u otra formas escandalosas, pero el tiempo le dio la razón.

Suya es la célebre frase “sembrar el petróleo” acuñada en 1936 en el editorial del diario Ahora.

Por cuestiones de la vida si la entendió perfectamente otro país petrolero Noruega que ha sembrado los recursos provenientes del petróleo para su presente y su futuro.

Noruega tiene un programa, Fondo Noruego de Petróleo, dónde “los beneficios del petróleo se revierten directamente en la población…” y es uno de los países más avanzados del mundo que ha sabido invertir en su capital humano y dónde el ascenso social es vertiginoso.

Noruega ha sabido sembrar el petróleo. El PIB per cápita del país en 2022, fue de 101.050 € euros, un excelente indicador del nivel de vida lo que se traduce que sus habitantes tienen un extraordinario buen nivel, ya que ocupa el puesto número 4 en el ranking de 196 países del ranking de PIB per cápita.

En Venezuela se creó por iniciativa de los entonces políticos de izquierda (y quienes naufragaron en brazos del chavismo) Tony Boza e Ydelfonso Finol el Fondo de Estabilización Macroeconómica que fue apoyado por todo el país y especialmente por los estados, dado que parte de los recursos pasaban a las entidades petroleras y se sentía esta inyección para beneficio de la gente.

Tuvo auge durante los gobiernos democráticos hasta que con Chávez fue eliminado y no se supo más de esta iniciativa y los recursos que allí había.

Los resultados están a la vista, nos hemos convertido en una sociedad petrolera donde prevalece la pobreza y es gracias sobre todo a Chávez y a su elegido Nicolás Maduro Moros. Podemos decir con toda certeza que nos hemos convertido de pobres a miserables en cuanto al nivel socioeconómico.

En el transcurso de la historia contemporánea del país no hemos tenido políticos formados para tomar las mejores decisiones porque los partidos con ideologías anacrónicas han estado por encima de los intereses del país y especialmente aquellos que se dicen de izquierda, pero son hechos a la medida de los autócratas.

Y contrario a la pobreza que hoy vivimos, vemos las vidas de derroche y ostentación de los jerarcas del régimen que se auto proclama socialista de los pobres, pero todo indica que no lo es. No existe humanidad. Lo humano desapareció. No existe; se esfumó.

Vivimos en pobreza crónica por las malas políticas. Todo lo público y lo “oficial” se ha convertido en un circo plagado de intereses.

Debemos recordar a Uslar y copiar los avances de Noruega para tener el país que queremos.

Por  Angel Montiel

 

 

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