miércoles, noviembre 27

¡Que calor!

Oficialmente el mundo experimenta el El Niño. Este fenómeno climático, a diferencia de La Niña, trae calor, pero no cualquier alta temperatura sino un calor abrazador que ya se siente en Europa especialmente en España, en Estados Unidos, en México donde hubo aproximadamente 112 muertos, en la India con decenas de muertos por “golpes de calor” porque allí las temperaturas alcanzaron a los 43 grados, y Venezuela no escapa de esa dura realidad.

Las Naciones Unidas advierten que “luego de un siglo y medio de industrialización, deforestación y agricultura a gran escala las cantidades de gases contaminantes en la atmósfera a llegado a niveles sin precedentes no vistos en tres millones de años”.

Entre todas las ciudades calientes de nuestro país Maracaibo es una de más pobladas y en consecuencia es una donde el calor afecta al mayor porcentaje de residentes, incluso el Sol está en las canciones, en los versos de los poetas. Es lo que identifica a la región, pero en este caso no se trata de algo pasajero, de algo folclórico o algo para tomarlo en broma como suele hacerlo el zuliano.

Ya sentimos el rigor de las altas temperaturas, es fuerte el calor y abraza en las calles donde no se puede salir y es necesario tomar en Maracaibo una serie de prevenciones.

¿Qué recomiendan en el mundo?

Estar hidratados, evitar estar bajo el inclemente sol, usar ropas ligeras, aminorar la ingesta de sal, entre otras.

Al calor en el Zulia se le agregan dos elementos que convierten la situación en una especie de bomba atómica: la falta de agua y un suministro eléctrico que es prácticamente inexistente.

El calor se agiganta con estas dos vertientes y hay que hacer algo y muy urgente antes de que vengan los padecimientos y muertes.

A las autoridades las veo tranquilas ante está problemática, quizás por no tener los recursos para atender está grave situación que trae el fenómeno de El Niño y en particular en el Zulia. O sencillamente porque no quieren.

Mientras el marabino exclama ¡Qué calor!

 

Por Ángel Montiel