El Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU) alertó este miércoles de la peligrosa situación a la que se enfrentan unas 40 mil embarazadas sirias que deben dar a luz en los próximos tres meses como consecuencia de la destrucción causada por los recientes terremotos.
Laila Baker, la directora regional del FPNU, ofreció una rueda de prensa por videoconferencia tras visitar Alepo, una de las zonas más golpeadas, y explicó que muchas instalaciones sanitarias o bien están dañadas por los sismos, o carecen de los suministros básicos necesarios.
Según dijo, algunas de ellas no tienen medicamentos para tratar enfermedades básicas, como puede ser practicar una cesárea.
“Hoy visitamos un hospital materno en Alepo donde vimos que faltan sábanas, el personal está haciendo turnos de 18 horas. Hay gente haciendo trabajo voluntario, mucha solidaridad, pero todavía hay que invertir una enorme cantidad para llegar a las comunidades más vulnerables”, apuntó.
El FPNU, la agencia de la ONU encargada de la salud sexual y reproductiva, ha solicitado a los donantes fondos por valor de 24 millones de dólares para los próximos tres meses con el fin de dar apoyo a la población, que ya antes de los terremotos vivía una situación humanitaria muy difícil tras una década de guerra.
Según Baker, el Fondo está repartiendo ayuda tanto en las zonas bajo control del Gobierno sirio como en las áreas del noroeste que están en manos de grupos opositores.
Entre otras cosas, se han enviado ya unos miles de kits con materiales sanitarios básicos y equipos necesarios para llevar a cabo cesáreas.
Por Agencia