viernes, noviembre 22

Devoto del Venerable “Yo siempre supe que José Gregorio me estaba cuidando”

“De niño, mi amor por mis abuelos maternos siempre fue especial, a ellos les debo la fe y la fortaleza que sale de mi alma en los momentos más difíciles. Un 28 de enero de 2001 amanecí en la cama del Hospital Universitario de Maracaibo (HUM), luego de un terrible accidente de tránsito; nunca creí que pudiera estar contándolo, pero José Gregorio Hernández quiso mi salvación”, así relata Henry Barboza su tragedia y milagrosa recuperación.

A pocos días de su beatificación, son muchas las historias que conoceremos a propósito del acceso a los altares de este humilde trujillano que entregó su vida y sus conocimientos al servicio de los más necesitados. No solo el milagro en el que se basa la Iglesia católica, dirigida por su santidad el papa Francisco, con el cual dictaminó su beatificación, como fue el caso de la niña Yaxuri Ortega de 13 años; hay de cientos de personas que hablan del Santo milagroso.

“Yo siempre supe que él me estaba cuidando, cuando despertaba en esa larga agonía que duró 57 días, yo le pedía a mi abuela Luisa, que está en el cielo, que me ayudara y ella me respondía que no me preocupara, porque todo saldría bien, y un día sentí que aquella persona que vestía de blanco al lado de mi cama, era igual a la estampita del doctor José Gregorio Hernández que recibí de las manos de ella”, recordó.

Barboza cuenta que fue un paciente valiente durante esos esos largos 11 meses que estuvo recluido en el piso 6 de cirugía del HUM, donde agradece siempre a todos los médicos, enfermeras, familiares, amigos que vivieron con él esa larga angustia. “Hoy a lo mejor se cuenta fácil, pero fueron días muy oscuros, no sólo para mí, sino también para mi familia, pero sé que José Gregorio Hernández, nunca me soltó. Luego visité su santuario, en agradecimiento por el favor concebido”.

“Después de experimentar más de seis intervenciones quirúrgicas, años de terapias de rehabilitación y quedar con una colostomía de por vida, siempre coloco mi vida y mis problemas en las manos de Dios y José Gregorio. Después de todo lo que he pasado, no me voy a la cama sin antes darle las gracias por la vida, por haberme brindado esta segunda oportunidad, y eso se lo hago con mucho fervor”, destacó.

Este 30 abril, los venezolanos seremos testigos de ese hermoso momento: la beatificación del doctor José Gregorio Hernández; en adelante la historia del Santo, el Médico de los Pobres, o el Siervo de Dios se seguirá conociendo y valorando entre los venezolanos y el mundo, por atender a los más desfavorecidos con su aparición espiritual, tal como lo hizo en su vida terrenal.

Texto y fotos: Silvia Barboza