La última tecnología presentada por Google es capaz de realizar en solo cinco minutos un cálculo que “a una de las supercomputadoras más rápidas de la actualidad” le llevaría 10 septillones de años. Eso es un 10 seguido de 25 ceros, “un número que excede ampliamente la edad del Universo”, dicen desde Mountain View.
Esta nueva tecnología se ha bautizado como Willow y se materializa en forma de chip. Pero no es un chip cualquiera: se trata de un procesador cuántico con un “rendimiento de vanguardia” que, además de esa mencionada velocidad en operaciones casi impensables, “puede reducir los errores exponencialmente” a medida que se aumenta la escala utilizando más cúbits.
Este logro, según afirman desde Google, “resuelve un desafío clave en la corrección de errores cuánticos que el campo ha perseguido durante casi 30 años”.
Willow supone un gran salto desde 2019, cuando Google anunció que su procesador cuántico podía completar una ecuación matemática en 200 segundos, en lugar de los 10 mil años que tardaría el ordenador convencional más rápido del mundo en aquel momento.
Aquel fue un hito importante para Google, pero la compañía se vio pronto forzada a mejorarlo cuando un equipo de científicos chinos difundió una computadora cuántica, llamada Jiuzhang, que aseguraba ser 10 mil millones de veces más rápida que la del gigante tecnológico.
“El chip Willow es un gran paso en un viaje que comenzó hace más de 10 años”, afirma Hartmut Neven, fundador y director de Google Quantum AI. En los inicios de este proyecto en 2012, “la visión era construir una computadora cuántica útil y a gran escala que pudiera aprovechar la mecánica cuántica para beneficiar a la sociedad” y Willow lleva “significativamente por ese camino” hacia aplicaciones comercialmente relevantes, destaca Neven.
De lo mítico a lo cuántico: Willow, el chip de Google que resuelve en 5 minutos cálculos de 10 septillones de añosImagen de archivo del laboratorio de inteligencia artificial cuántica de Google.Google
La última tecnología presentada por Google es capaz de realizar en solo cinco minutos un cálculo que “a una de las supercomputadoras más rápidas de la actualidad” le llevaría 10 septillones de años. Eso es un 10 seguido de 25 ceros, “un número que excede ampliamente la edad del Universo”, dicen desde Mountain View.
Esta nueva tecnología se ha bautizado como Willow y se materializa en forma de chip. Pero no es un chip cualquiera: se trata de un procesador cuántico con un “rendimiento de vanguardia” que, además de esa mencionada velocidad en operaciones casi impensables, “puede reducir los errores exponencialmente” a medida que se aumenta la escala utilizando más cúbits.
Este logro, según afirman desde Google, “resuelve un desafío clave en la corrección de errores cuánticos que el campo ha perseguido durante casi 30 años”.
Meet Willow: Our state-of-the-art quantum chip. It’s the first quantum chip to show exponential error reduction as qubits scale, paving the way for large-scale, fault-tolerant quantum computers. Dive in → https://t.co/Lr1vkZk1QT pic.twitter.com/8VkiXQ694u
— Google Quantum AI (@GoogleQuantumAI) December 9, 2024
Willow supone un gran salto desde 2019, cuando Google anunció que su procesador cuántico podía completar una ecuación matemática en 200 segundos, en lugar de los 10 mil años que tardaría el ordenador convencional más rápido del mundo en aquel momento.
Aquel fue un hito importante para Google, pero la compañía se vio pronto forzada a mejorarlo cuando un equipo de científicos chinos difundió una computadora cuántica, llamada Jiuzhang, que aseguraba ser 10 mil millones de veces más rápida que la del gigante tecnológico.
“El chip Willow es un gran paso en un viaje que comenzó hace más de 10 años”, afirma Hartmut Neven, fundador y director de Google Quantum AI. En los inicios de este proyecto en 2012, “la visión era construir una computadora cuántica útil y a gran escala que pudiera aprovechar la mecánica cuántica para beneficiar a la sociedad” y Willow lleva “significativamente por ese camino” hacia aplicaciones comercialmente relevantes, destaca Neven.
¿Por qué Willow es importante?
Tal y como señala el fundador y director de Google Quantum AI, “los errores son uno de los mayores desafíos en la computación cuántica”, ya que los cúbits “tienen una tendencia a intercambiar información rápidamente con su entorno, lo que dificulta la protección de la información necesaria para completar un cálculo”. Por lo general, añade, “cuantos más cúbits se utilicen, más errores se poducirán y el sistema se volverá clásico”.
Google ahora publica en la revista Nature resultados que muestran que cuantos más cúbits se utilizan en Willow, más se reducen los errores y más cuántico se vuelve el sistema.
Recordemos que, en lugar de bits, que representan 1 o 0, la computación cuántica utiliza cúbits, una unidad que puede existir en múltiples estados al mismo tiempo, como 1, 0 y cualquier valor intermedio.
Willow, que tiene 105 qubits, “ahora tiene el mejor rendimiento de su clase”, según Neven. Microsoft, Amazon e IBM están trabajando en sus propios sistemas de computación cuántica.
Este es “el prototipo más convincente de un cúbit lógico escalable construido hasta la fecha. Es una clara señal de que es posible construir ordenadores cuánticos útiles y de gran tamaño”, asegura.
El próximo reto para este campo es demostrar un primer cálculo “útil, más allá de lo clásico” en los chips cuánticos actuales que sea relevante para una aplicación en el mundo real.
Introducing Willow, our new state-of-the-art quantum computing chip with a breakthrough that can reduce errors exponentially as we scale up using more qubits, cracking a 30-year challenge in the field. In benchmark tests, Willow solved a standard computation in <5 mins that would…
— Sundar Pichai (@sundarpichai) December 9, 2024
“Consideramos que Willow es un paso importante en nuestro camino hacia la construcción de una computadora cuántica útil con aplicaciones prácticas en áreas como el descubrimiento de fármacos, la energía de fusión, el diseño de baterías y más”, publica en X Sudar Pichai, CEO de Googel.
Por: Agencias / Foto: Cortesía