La situación que atraviesan los migrantes venezolanos que quedaron varados en México en su intento de ingresar a los Estados Unidos sensibiliza los corazones de esos paisanos que ya están radicados en el país azteca, y que ven la desesperación de los connacionales.
Ante las carencias que sufren miles de venezolanos que han sido llevados a la Ciudad de México, sin ningún tipo de seguridad y atención, la familia Méndez, que no cuenta con mayores recursos económicos, decidió ingeniárselas para apoyar a sus hermanos venezolanos, que hoy atraviesan un duro momento, ya que se encuentran sin un techo donde dormir, ni alimentos, y además fuera de su país natal.
En entrevista con Foco Informativo, el fotógrafo Eduardo Méndez explicó lo que él y su familia vienen haciendo para brindar una mano amiga a los migrantes.
Desde el 14 de octubre los Méndez se unieron junto a otros venezolanos con el objetivo de hacer colectas para dar «un poco de comida, ropa, calzados, abrigos y agua» a los migrantes que están en el terminal de autobuses Central Norte.
También ofrecen orientación sobre el tema de la migración en México. «Gracias a la generosidad de muchos hemos logrado llevar por una semana comida todas las noches».
Méndez señala que reparten entre 180 a 350 bandejas de alimentos diarios. Las manos de su mamá son unas de las que se encargan del trabajo de cocinar, organizar y repartir lo que a diario llevan a la terminal.
Confiesa que sienten un enorme compromiso de ayudar. Este grupo que viene trabajando en beneficio a los migrantes tienen la solidaridad a flor de piel.
«Ellos solo salieron de nuestro país a buscar una mejor calidad de vida arriesgando su vida con el único propósito de enviar un poco de sustento a la familia que dejaron en Venezuela», relata.
El fotógrafo, además, en las noches conversa y escucha los relatos de todo lo que atravesaron algunos de los migrantes, a los que no les da miedo contar.
«Me nombran lugares de Venezuela que no conozco y que no sabía que existían. Me describen todo lo vivido en su paso por la selva del Darién», concluyó.
Por: María Gabriela Villalobos / Fotos y videos: Eduardo Méndez