Un venezolano de 54 años con pedido de captura y alerta roja de Interpol fue detenido este martes en el partido bonaerense de Morón, acusado de contratar desde Argentina a dos sicarios para asesinar en 2019 a un supuesto delincuente en Caracas.
Pero los homicidas confundieron a la víctima y terminaron matando a un supervisor de la empresa petrolera oficial, informaron fuentes policiales.
Los informantes aseguraron que la detención se efectuó cerca de las 9 de esta mañana, cuando el venezolano, identificado como Jhonnie Ismael Perdigón Jiménez (54), caminaba frente a su domicilio de la calle Anunciación al 3.500 de ese partido del oeste del conurbano bonaerense.
Según lograron establecer los investigadores, Perdigón Jiménez vive en el país hace aproximadamente seis años junto a su esposa, también venezolana, y al menos una hija, quienes estaban presentes al momento de ser detenido, señalaron las fuentes.
“Cuando lo detuvieron manifestó que actualmente trabajaba como chofer en una aplicación”, dijo a Télam un investigador que participó de la pesquisa.
El hombre fue identificado y detenido luego de arduas tareas y diligencias a cargo de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento de Interpol de la Policía Federal Argentina (PFA) y tras la orden del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional 1 y la Secretaría 3 de Morón.
Fuentes policiales informaron a Télam que el hombre está acusado de planificar desde Argentina un asesinato por encargo de un hombre al que acusaba de haber ingresado a robar a una propiedad suya en la localidad de Caricuao, ubicada a 17 kilómetros de Caracas, en Venezuela.
Es que el hombre, a pesar de que vivía en Argentina, aún mantenía esa propiedad que, en los últimos años había sufrido dos hechos de robo de varios electrodomésticos y objetos de valor, dijeron los investigadores.
Aparentemente, Perdigón Jiménez que en su país había trabajado como policía logró establecer que quien había ingresado a robar a su domicilio en Caricuao era un hombre llamado Edward, por lo que pidió a un familiar suyo que vive en Venezuela que los contacte con dos sicarios para asesinarlo.
Según la investigación llevada adelante por la Justicia venezolana, los sicarios fueron identificados como Raúl Linares Uribe y Marco Antonio Linares Moreno, ambos miembros de la Policía Municipal de Guatire.
Las fuentes explicaron a Télam que ninguno de los sicarios contratados conocía a Edward, y solo tenían la información de que se trasladaba en un vehículo Cherry Arauca de color azul.
Fue allí que el 14 de junio de 2019, cerca de las 19.30, ambos hombres interceptaron un auto de similares características, obligando a bajar a su conductor, a quien le dispararon a quemarropa para luego escapar a bordo del vehículo, con el objetivo de simular un robo.
La víctima fatal fue identificada como Freider Edgardo Gómez Pérez, quien trabajaba como supervisor de informática de la empresa Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (Pdvsa) y había asistido minutos antes al domicilio de su madre para entregarle unos medicamentos en un complejo residencial llamado Hato El Yagual, en Caracas.
El CICPC sospechó desde un primer momento que no se trataba de un simple robo, por lo que tras dos meses de trabajo fueron detenidos los dos autores materiales del crimen.
En ese momento se estableció que la víctima fue asesinada por error y que quien ordenó el crimen fue Perdigón Jiménez, desde la Argentina, explicaron las fuentes, quienes agregaron que el hecho fue de gran trascendencia pública en los medios de comunicación de Venezuela.
Jiménez quedará alojado en una dependencia de la PFA a la espera de su extradición a Venezuela, donde está imputado por los delitos de homicidio agravado con alevosía y por motivo fútil y el robo agravado de automotor.
El hombre tenía una notificación de alerta roja desde el 20 de mayo de este año, luego de que la Oficina Central Nacional de Caracas emitiera una Orden de Captura Internacional en los sistemas informáticos de Interpol.
Por Agencia