miércoles, diciembre 18

Vaticano tacha de «locura» acusaciones contra Juan Pablo II sobre una niña desaparecida

El diario oficial del Vaticano L’Osservatore Romano tachó hoy de «locura» las acusaciones contra Juan Pablo II de Pietro Orlandi, sobre el hermano de una niña vaticana desaparecida en 1983, que aseguró que el entonces Papa y ahora santo solía salir por la noche en busca de jóvenes.

«Una locura. Y no lo decimos porque Karol Wojtyla sea un santo o porque haya sido Papa. Aunque esta masacre mediática entristece e hiere el corazón de millones de creyentes y no creyentes, la difamación debe ser denunciada porque es indigno tratar así en un país civil a cualquier persona, viva o muerta», lamentó en un artículo el director editorial del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, Andrea Tornielli.

La polémica tiene que ver con uno de los grandes misterios de la historia italiana: la desaparición en el centro de Roma en junio de 1983 de Emauela Orlandi, una joven ciudadana vaticana, pues su padre era un empleado de la Santa Sede y vivía dentro de los muros vaticanos.

El suceso, que volvió a acaparar la atención tras el estreno del documental de Netflix Vatican Gir, fue relacionado en varias investigaciones periodísticas con el atentado contra Juan Pablo II en 1981 en la plaza de San Pedro a manos del terrorista Ali Agca.

Otras teorías es que pudo ser víctima de una red de pederastas o de la Banda della Magliana, la mafia de Roma de la década de los años 70 y 80, que habría actuado por orden del fallecido arzobispo estadounidense Paul Marcinkus, entonces director del IOR, el banco vaticano. Pero ninguna de las investigaciones arrojó resultados.

La Santa Sede decidió reabrir las pesquisas, incluso rastreó las tumbas de unas princesas en busca de sus restos.

Su fiscal (promotor de Justicia), Alessandro Diddi, escuchó el pasado martes durante ocho horas el testimonio del hermano, que desde siempre se bate por conocer el paradero o el destino de su hermana pequeña y que entregó asimismo numerosa documentación.

Sin embargo, esta semana Pietro Orlandi, tal y como lamenta el propio Tornielli en su editorial, acudió al programa televisivo DiMartedì y señaló que el pontífice polaco solía abandonar el Vaticano de noche con algunos obispos para buscar jóvenes en Roma.

En concreto, en la emisión, Orlandi aseguró que dentro del Vaticano se sabía que Juan Pablo II salía de sus muros a menudo con monseñores polacos y que hay quien refiere que «no iba precisamente a bendecir casas».

E hizo reproducir una grabación en la que una fuente, al parecer antiguo miembro de la Banda de la Magliana, reafirmaba esta tesis.

«¿Pruebas? Ninguna. ¿Indicios? Tampoco. ¿Testigos por lo menos de segundo o tercer orden? Ni siquiera la sombra. Solo acusaciones anónimas e infames», escribe el rotativo vaticano.

Tornielli reconoce que «es justo que todo el mundo responda de eventuales delitos» y que se «investigue a 360 grados para buscar la verdad» tras la desaparición de Emanuela.

Pero, concluyó, «nadie merece ser difamado de este modo, sin una sola traza de indicio, en base al ‘se dice’ o de algún desconocido personaje de los bajo fondos criminales o un escuálido comentario anónimo lanzado en directo televisivo».

 

Por Agencia