El Vaticano lanza un contundente toque de atención a los supuestos influencers cristianos que se comportan como haters en las redes sociales, y les recuerda que la actitud más cristiana es “crear comunidad”. “Debemos estar atentos a no publicar y compartir contenidos que puedan causar malentendidos, exacerbar la división, incitar al conflicto y ahondar los prejuicios”, solicita en un documento oficial de la Santa Sede presentado este lunes en Roma bajo el título Hacia una Plena Presencia.
Éste alerta de “los numerosos perfiles o cuentas que proclaman contenidos religiosos pero que no participan en las dinámicas relacionales de manera auténtica”. Dice a esos haters católicos que “las interacciones hostiles y las palabras violentas y degradantes están en contradicción con el Evangelio”; y que cuando quienes los publican son “obispos, pastores, o destacados líderes laicos, no sólo causan división en la comunidad, sino que también autorizan y legitiman a otros a promover un tipo de comunicación similar”.
Se trata de un extenso documento que describe cómo las redes sociales están diseñadas de modo que se “siembra el conflicto entre los usuarios provocando indignación o reacciones emocionales”. Dice que “los cristianos están llamados a mostrar otro camino”. El “poner la otra mejilla” en términos virtuales, según la propuesta del Vaticano, se concreta en “no reaccionar o reaccionar con el silencio para no dignificar esta falsa dinámica”.
Otra posibilidad es reaccionar con “compasión y cercanía” ante los usuarios “heridos” que se cruzan por el propio camino en las redes sociales, para “transformar este entorno en un espacio más humano y relacional”. También ruega mantener un estilo “reflexivo, no reactivo”.
“Los cristianos deberíamos ser conocidos no solo por nuestra capacidad para llegar a los demás con contenidos religiosos interesantes, sino también por nuestra disponibilidad para escuchar, para discernir antes de actuar, para tratar a todas las personas con respeto, para responder con una pregunta en vez de con un juicio, para permanecer en silencio en lugar de suscitar una controversia”, concreta.
“No estamos presentes en las redes sociales para ‘vender un producto’. No estamos haciendo publicidad, sino comunicando vida, la vida que se nos ha dado en Cristo. Por eso, todo cristiano debe procurar no hacer proselitismo, sino dar testimonio”, concluye el texto, detalla ABC de España.
El documento lleva la firma de Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede. Durante la presentación del texto, Ruffini ha explicado que con este texto no pretenden agotar la cuestión, sino dar las claves sobre el modo de ser cristiano en el entorno digital, también ante los desafíos de la “inteligencia artificial”.
Hacia una plena presencia reconoce que se trata de “una realidad en continua evolución” y apunta algunas delicadas cuestiones que siguen sin resolver, como “¿quién establece las fuentes de las que aprenden los sistemas de inteligencia artificial?, ¿quién financia estos nuevos productores de opinión pública?, ¿cómo garantizar que quienes elaboran los algoritmos estén guiados por principios éticos y ayuden a difundir globalmente una nueva conciencia y un nuevo pensamiento crítico para reducir al mínimo los fallos de las nuevas plataformas de información?”
Lucio Adrián Ruiz, secretario del dicasterio, que también firma el documento, ha recordado que “se trata de un texto pastoral, no dogmático”, y por lo tanto “abierto a la discusión”. Por eso, incluye una web que recogerá buenas prácticas y experiencias útiles.
Otra de las ponentes del texto, la subsecretaria del sínodo de obispos, Nathalie Becquart ha propuesto a las instituciones católicas que contribuyan a “educar y sensibilizar” a todas las personas y especialmente a los niños, “para que usen de modo adecuado estos instrumentos, y no compartan fake news ni con Twitter ni con WhatsApp”.
Por: Agencias / Foto: Cortesía