La UNESCO está presionando para que las aulas de todo el mundo prohíban el uso de teléfonos inteligentes, argumentando que los dispositivos distraen del aprendizaje, son malos para la salud mental y el bienestar de los estudiantes y conllevan una serie de preocupaciones sobre la privacidad de los datos de los jóvenes.
Las recomendaciones provienen del Informe de Monitoreo de la Educación Global 2023, que analizó las políticas globales sobre el uso de la tecnología en las aulas y una serie de estudios sobre cómo las pantallas y las redes sociales impactan a los jóvenes.
“Solo la tecnología que tiene un papel claro en el apoyo al aprendizaje debe permitirse en la escuela”, declaró la agencia de las Naciones Unidas para la educación y la ciencia.
El informe encontró que uno de cada cuatro países ya ha promulgado prohibiciones totales o parciales de teléfonos inteligentes. En Bangladesh y Singapur, los teléfonos inteligentes están prohibidos en las aulas, pero no en las escuelas por completo. En Francia, los teléfonos inteligentes se utilizan estrictamente con fines educativos o para apoyar a los niños con discapacidad.
Los estudios en Bélgica, España y el Reino Unido citados en el informe encontraron que los resultados de aprendizaje de los estudiantes mejoraron cuando se retiraron los teléfonos del aula, especialmente para los estudiantes que ya tenían dificultades.
Con acceso sin restricciones, los teléfonos inteligentes pueden causar estragos en la atención de los estudiantes y distraerlos del aprendizaje, argumenta la UNESCO.
“Las notificaciones entrantes o la mera proximidad de un dispositivo móvil pueden ser una distracción, lo que hace que los estudiantes pierdan la atención de la tarea en cuestión”, se lee en el informe, y se agrega que un estudio demostró que los estudiantes pueden tardar hasta 20 minutos en volver a concentrarse en el aprendizaje. una vez que su atención fue desviada.
Este es un fenómeno que conocemos desde hace tiempo. En un artículo de 2017 titulado Fuga de cerebros: la mera presencia del propio teléfono inteligente reduce la capacidad cognitiva disponible, los científicos demostraron que cuanto más cerca estaba un teléfono inteligente de un estudiante, peor se desempeñaba en una prueba.
Los estudiantes a los que se les pidió que dejaran su teléfono en otra habitación se desempeñaron mejor, los estudiantes que mantuvieron su teléfono en el bolsillo o en el bolso obtuvieron resultados medios y los estudiantes que tenían sus teléfonos en el escritorio se desempeñaron peor.
Por: Agencia