Este desgobierno cuenta con el rechazo mayoritario del pueblo. Se palpa en cada caserío y en cada barrio, se constata a diario, al igual que muchos en sus vecindarios o en sus trabajos (si es que lo tienen).
Sin embargo, la ambición llena de impericia hizo que un pequeño grupo con mucho poder mediático confundiera el clímax del hartazgo del pueblo con aventuras que llevaran al final del gobierno. Algunos quisieron poner ¨cese¨ a un mandato, sin atenerse a base constitucional alguna y sin que partiera de la voluntad del pueblo, hasta un ¨Presidente Interino¨ se auto-juramentó en una avenida caraqueña.
Son los mismos que irresponsablemente pretenden mantenerse al frente de un gobierno que no existe.
La expectativa de terminación anticipada del periodo de Maduro fue tan alta, tan publicitada, tan cacareada que Venezuela se hundió en una inmensa frustración, al caerse por sí sola tamaña mentira, el venezolano se sintió como si de verdad se nos hubiera ido el último tren, como si de verdad hubiésemos dejado una oportunidad, cuando la verdad es que oportunidades hay muchas, pero solo una es real, y es la participación electoral.
Así como se lee. Nunca ha habido otra alternativa, todo lo demás ha sido estrategia politiquera. De repente buena parte del país, producto del hartazgo le hacía coro a quienes pedían que se alzara un cuartel en Maracay, o que se produjera un cambio de gobierno por la intervención de una fulana carta democrática de la OEA, que el grupo de Lima designara un presidente, o algo más osado y antipatriota, que alguna fuerza extranjera invadiera nuestro país, dejando muerte, destrucción y desolación a su paso, como sucede en este momento ante la infame invasión Rusa al pueblo Ucraniano.
Eso querían esos irresponsables que pedían a gritos intervención militar.
Lamentablemente los que le hablamos con claridad al pueblo, los que siempre dijimos la verdad y nos negamos a manipular el rechazo de las mayorías a este régimen corrupto, incapaz e inepto, éramos presentados como traidores, colaboracionistas, vendidos, falsos opositores. Los que pedíamos dialogo éramos unos apátridas comprados con unas maletas llenas de dólares ( pero no venidas de Monómeros o de Citgo por cierto). Todo esto con un solo fin, caricaturizar todo planteamiento que no se ciñera al lineamiento de quienes estaban en la jugada de una salida extra constitucional y violenta . Se suponía que ser opositor era proponer salidas inmediatas, casi mágicas del presidente aunque no tuviesen respaldo ni en las leyes ni en las realidades políticas.
Frente a esa política virtual, los activistas de Soluciones para Venezuela con valentía y entereza nos dedicamos a recorrer nuestros estados, donde no dejamos de organizar nuestras barriadas populares, de reunir sindicatos y organizaciones gremiales, de predicar noche y día un proyecto de Venezuela democrática y plural que está por venir. No hemos ofrecido soluciones instantáneas, de esas que agarran primeras páginas. Hemos hecho política con fundamento y hoy los acontecimientos nos están demostrando que teníamos la razón, que no estábamos equivocados en nuestra predica, y que a pesar de esa campaña despiadada y ruin que desataron contra nosotros no bajamos la cabeza y más que nunca demostramos que andamos por el camino correcto ¨Con los pies en la tierra y el mapa de Venezuela en el pecho¨.
Por Marco Antonio Villarroel