domingo, noviembre 24

Una modelo brasileña rompe moldes con una mancha que le cubre parte del rostro

La modelo e ‘influencer’ brasileña Mariana Mendes, de 31 años, tiene una marca de nacimiento que le cubre parte del rostro. Lo que para muchos podría suponer un complejo para ella es su signo de identidad. Una firme reivindicación que ha inspirado a miles de personas.

Mariana nació en Patos de Minas, una pequeña ciudad en el estado de Minas Gerais, y a los 18 años se mudó a otro municipio para estudiar moda, arte y diseño. Comenzó a posar para sus colegas de clase y un día un periodista de diario británico The Sun se topó con sus fotos, reseñó RT Noticias.

El reportero se puso en contacto con ella y le propuso publicar un artículo en el que Mariana explicase cómo lidiaba con su mancha, un melanocítico congénito. El mensaje, según G1, decía: «Me puse en contacto porque con solo ver tus fotos sé que manejas bien tu lunar».

En aquel reportaje, la joven expresó lo que sentía. «Me siento más bella y totalmente diferente de otras personas porque tengo un nevus», aseguró.

«Empoderamiento de la autoestima»

Su historia no tardó en circular por diarios y redes sociales. Actualmente, con sus mensajes en las plataformas para fomentar el empoderamiento y la autoestima, la modelo ayuda a otras personas a aceptarse a sí mismas.

En un reportaje en 2022 para el portal brasileño UOL, la brasileña detalló que su marca, que apareció en sus primeras semanas de vida, no supone ningún daño para la salud.

«A pesar de ello, es necesario un seguimiento semestral con un dermatólogo, solo para comprobar que las células de los lunares se mantienen sanas», explicó.

Mariana relató que nunca se sintió diferente cuando era niña. «He tenido el privilegio de tener una familia que siempre me apoyó. Estudié todos los años en el mismo colegio: mis amigos crecieron conmigo, entonces se acostumbraron y fue algo muy natural», argumentó.

También recordó que cuando tenía seis años, un médico le sugirió a su madre someterse a un tratamiento con láser.

«Incluso tuve algunas sesiones, pero mi madre decidió no continuar. Prefirió esperar a que yo creciera y que tomase mi propia decisión. Sin duda fue la decisión correcta, porque el lunar es parte de mí y verme sin él podría afectarme», aseveró.

Por Agencia.