Al menos 30 personas murieron y 60 resultaron heridas por la explosión que se produjo ayer en un mercado de la capital iraquí, un día antes de la gran fiesta de Aíd al Adha o del sacrificio, en un ataque que tuvo como objetivo a la población chií y que fue reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI).
Un capitán de la Policía iraquí, Abdalá Al Huseini, informó a Efe de que el número de fallecidos alcanzó este martes los 30 y los heridos son 60, y que más de la mitad de las víctimas son mujeres y niños, reseñó EFE
El estallido se produjo el lunes por la tarde en un mercado del populoso barrio de Ciudad Sadr, en el este de Bagdad y de mayoría chií, bastión de los seguidores del influyente clérigo Muqtada al Sadr y que ha sido blanco de numerosos ataques en el pasado.
El ataque fue reivindicado por el EI, que aseguró a través de sus canales de propaganda en Telegram que un terrorista suicida hizo estallar su chaleco explosivo en medio de una congregación de «renegados», tal y como denomina el grupo radical a los musulmanes chiíes, causando 30 muertos y 35 heridos.
Por su parte, las autoridades iraquíes aún no han ofrecido un cómputo oficial de víctimas, aunque han deplorado el brutal atentado que ha ensangrentado una vez más una festividad religiosa en Irak.
El presidente iraquí, Barham Saleh, lamentó que los radicales «no quieren que la gente disfrute ni por un momento, con seguridad y alegría» y prometió que el Estado eliminará «el terrorismo odioso y cobarde desde sus raíces».
Por su parte, el primer ministro, Mustafa al Kazemi, afirmó al término de una reunión de emergencia esta madrugada que las fuerzas armadas y de seguridad iraquíes perseguirán a los terroristas «en cada agujero y en cada escondite», agregando que estos buscan sembrar el caos en el país por todos los medios.
Las medidas de seguridad han sido reforzadas hoy en Bagdad, con el despliegue del Ejército, la Policía Federal y Local, en alerta por la celebración del Aíd al Adha, que se prolongará tres días a partir de este martes.