El arzobispo emérito de Maracaibo, monseñor Ubaldo Santana, pidió, en su homilía, a Jesús Misericordioso para que en Venezuela inicie una nueva historia de reconciliación y de hermanda para que el país contribuya una nueva humanidad para que no se pierda por ni una gota de su sangre derraba en la crucifixión.
“Señor resucitado, hazte presente nuevamente en medio de nosotros barre nuestros miedos y apocamientos pacifica nuestros corazones muéstranos las llagas gloriosas de tu pasión y de tu cruz inúndanos de tu paz, envuélvenos en tu alegría envíanos nuevamente en misión, sopla sobre nosotros el aliento de tu espíritu creador que se inicie en nuestra vida una nueva etapa en nuestra ciudad un nuevo modo de convivir, en nuestro país una nueva historia de reconciliación y hermandad, además que desde Venezuela contribuyamos a crear esa nueva humanidad reconciliada y reconciliadora”, indicó el clérigo en su homilía.
Desde el altar de Grano de Oro, Santana habló al pueblo católico en general sobre la misericordia, además de sumarse al pedido de construir un santuario dedicada a la Divina Misericordia y San Juan Pablo II, además de agradecer a la Iglesia zuliana y a los organizadores la invitación para oficiar la misa.
“Con esta bella y amada Iglesia que peregrina en Maracaibo y que preside mi querido hermano arzobispo monseñor José Luis Azuaje para compartir con todos ustedes esta santa Eucaristía Pascual y celebrar como todos los años lo hacen la fiesta de Jesús de la Divina Misericordia en este lugar que lleva el sello de la memorable visita que, hace poco más de 40 años, realizara San Juan Pablo II a nuestra tierra zuliana. Sueño ver surgir en este mismo sitio, en un tiempo no muy lejano, el anhelado santuario dedicado a la Divina Misericordia y al Santo Pontífice que lo consagró con su visita”, indicó.
La Misericordia y agradecimiento a Francisco
En su discurso recordó que cada uno tiene sus motivos personales por los cuales quiso concurrir la tarde de este domingo, 27 de abril, a Grano de Oro, bien sea para peregrinar gozosos junto a la imagen de Jesús de la Divina Misericordia, así como para pagar promesas o hacer penitencias, además de adorar y pedir perdón al Señor.
“Como siempre la Madre Santísima del Señor ha querido estar presente, este año a través de la hermosa y antigua talla de la Virgen del Carmen, una de las imágenes más veneradas y queridas por la feligresía Marabina a través de sus 250 años de presencia en la Santa Iglesia Catedral. Salve, Madre del Carmen. Pero más allá de los motivos personales, todos queremos dar gracias a Dios. (…) Damos gracias porque el Señor en su infinita misericordia reanima constantemente la fe de este pueblo a él consagrado desde el bautismo”, agregó.
Aprovechó el momento para recordar al difunto papa Francisco, a quien agradeció la canonización del Doctor José Gregorio Hernández y de la hermana Carmen Rendiles,
“Gracias Papa Francisco, gracias por ese inmenso regalo que has hecho a la Iglesia en Venezuela que tanto lo necesita para aprender a caminar en estos días de tanta necesidad”, comentó
Recordó que San Agustín dijo en una homilía de los domingos que “estamos en un encuentro de la miseria con la misericordia (9:20) y este encuentro debe producir cristianos y cristianas (9:31) no solamente misericordiados, como decía Francisco, sino también misericordiosos”.
Añadió que “por el costado abierto del Señor resucitado brota la bondad y la misericordia que inunda la tierra entera. El Señor tiene sus caminos y sus testigos privilegiados como San Juan Pablo II y Santa Faustina Kowalska para abrir en determinados momentos caminos de amor y de perdón”.
Finalmente, el arzobispo emérito de Maracaibo, pidió a los hermanos en fe que no se suelten de esta fiesta de la Misericordia y caminen detrás del Jesús viviente “llueva, truene o relampaguee” y que María en sus advocaciones del Carmen y Chiquinquirá sean como un imán poderoso que atraiga a todos y los introduzca en el corazón ardiente de su hijo: “Jesús en ti confío, amén”.
Por: José Manuel Sánchez / Fotos: Cortesía






