El comandante estratégico operacional de la Fuerza Armada venezolana, Remigio Ceballos, denunció este miércoles que Twitter suspendió su cuenta, aunque no aclaró los motivos de dicha cancelación.
Ceballos realizó la denuncia a través de la misma red social al anunciar la creación de un nuevo usuario.
“Los invitó a SEGUIRME! Continúo la batalla comunicacional por la verdad de la patria, el pueblo libertario y nuestra gloriosa FANB (Fuerza Armada Nacional Bolivariana) desde la red social Twitter, tras el bloqueo de mi cuenta oficial @ceballosichaso”, dijo el comandante en un mensaje desde su nuevo usuario.
La medida de Twitter también fue condenada por el Gobierno venezolano, luego de que el funcionario de Comunicación, Freddy Ñáñez, señalara que la suspensión de la cuenta de Ceballos se trata de una guerra contra el país.
“Twitter censura a nuestro comandante estratégico de la FANB @CeballosIChaso1 porque es un hombre de ideas. No queda duda: esta guerra contra nuestra patria tiene su teatro de operaciones en las redes sociales. Los invitó a seguirlo por su nueva cuenta: ¡aquí nadie se cansa!”, indicó.
El Gobierno venezolano ha denunciado en ocasiones anteriores un bloqueo de Twitter a cuentas oficiales como ocurrió en marzo de 2020 cuando la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, indicó que su usuario fue restringido.
Pero además, no solo Twitter ha bloqueado cuentas oficiales de funcionarios del gobierno, sino que Facebook también hizo lo propio en marzo pasado con el usuario del presidente venezolano, Nicolás Maduro, durante un mes.
Facebook indicó entonces a Efe que lo había bloqueado por haber “violado su política contra la desinformación acerca de la COVID-19”.
Facebook también borró un video publicado en la página del presidente “por violar sus políticas contra la desinformación sobre la covid-19 que pueda poner a la gente en riesgo de sufrir daños”.
En el video, Maduro promocionaba el uso del Carvativir, un antiviral extraído del tomillo que el presidente venezolano ha ordenado suministrar a los pacientes con covid-19 como tratamiento complementario, a pesar de que no hay pruebas de que sea eficaz y seguro contra la enfermedad.
Por Agencia