Un tunecino mató a puñaladas este viernes a una funcionaria de policía al grito de «Alá Akbar», antes de ser abatido, en Rambouillet, al suroeste de París, en un crimen por el cual se abrió una investigación por terrorismo.
El ataque que se produjo en la comisaría de esta acomodada y habitualmente pacífica ciudad de 26.000 habitantes, a unos 60 kilómetros de París, volvió a encender las alarmas en un país golpeado regularmente por atentados islamistas.
La fiscalía antiterrorista se hizo cargo de la investigación por la muerte de la funcionaria administrativa, de 49 años, que fue acuchillada dos veces en la garganta en la entrada de la comisaría cuando regresaba de su hora de almuerzo hacia las 14H20 (12H20 GMT), según los primeros elementos recabados.
La víctima, que se llamaba Stéphanie y era madre de dos niños, resultó gravemente herida en la carótida y falleció poco después, a pesar de la intervención de los socorristas.
Su agresor, de nacionalidad tunecina, la atacó al grito de “Alá Akbar” (“Alá es el más grande”), según una fuente cercana a la investigación. El hombre murió poco después abatido por otro agente, indicó una fuente policial.
“No cederemos en lucha contra el terrorismo islamista”, prometió el presidente Emmanuel Macron en un mensaje publicado en Twitter, en el que rindió homenaje a la víctima.
El primer ministro Jean Castex, que acudió al lugar del ataque, denunció en la misma red social un “acto bárbaro de una crueldad sin límites” contra “una heroína de la vida cotidiana”.
Un cordón de seguridad impidió a los curiosos acercarse a la comisaría, situada en una zona residencial acomodada, constató un periodista de la AFP.
Ola de ataques
El atacante, Jamel G. de 36 años, llegó a Francia ilegalmente en 2009, pero desde entonces había obtenido un permiso de residencia, señaló una fuente policial, que añadió que no tenía antecedentes penales. Acababa de instalarse en Rambouillet.
Según las redes sociales, el agresor publicó durante varios años mensajes dedicados a denunciar la islamofobia. Pero a partir de abril de 2020, durante el primer confinamiento en Francia por la pandemia, solo comenzó a publicar oraciones y versículos coránicos.
El 24 de octubre de 2020, ocho días después de asesinato del profesor de secundaria Samuel Paty, decapitado por un joven de 18 años de origen checheno por haber mostrado a sus alumnos caricaturas de Mahoma, Jamel G. cambió su foto de perfil y se unió a una campaña que pedía respeto por el profeta del Islam.
Tres personas de su entorno fueron detenidas el viernes por la noche, indicó a la AFP una fuente judicial. La policía realizaba operativos en la casa del atacante y de una persona que lo albergó cuando llegó a Francia en 2009, y que se encuentran entre los detenidos.
Los últimos años han estado marcados por varios ataques más con cuchillo en Francia.
También en octubre de 2020, tres personas murieron a manos de un tunecino recién llegado a Francia en una iglesia de la ciudad mediterránea de Niza.
En septiembre, un paquistaní hirió a dos personas con un cuchillo frente a la antigua sede de la revista satírica Charlie Hebdo, que había publicado caricaturas del profeta Mahoma.
Y el 3 de octubre de 2019, en el recinto de la jefatura de policía de París, un empleado mató con un cuchillo a tres policías y a un funcionario administrativo, antes de ser abatido.
El gobierno de Macron intenta hacer aprobar un proyecto de ley que pretende reforzar el arsenal legislativo para combatir el islamismo radical en Francia, pero para sus críticos el texto estigmatiza a los musulmanes y limita las libertades.
Por: Agencia