Juan Carlos Castillo, presidente de la Asociación Venezolana de Derecho Tributario, considera relevante que se haya superado la “prohibición caprichosa” durante 10 años de las actividades en casinos y bingos porque “se genera la oportunidad para los municipios donde estén localizados estos establecimientos de cobrar dos tipos de impuestos”.
Explicó que el Impuesto sobre Juegos y Apuestas Ilícitas, con rango constitucional, recae sobre el jugador que lo paga a través del boleto o cartón de bingo. “El contribuyente es la persona natural que va a hacer su apuesta en el establecimiento”, reseñó Unión Radio.
En entrevista a Ginette González y Andrés Rojas en el espacio 2 + 2 de Unión Radio, precisó que este impuesto no tiene un límite establecido. “La Constitución no establece un techo, la Ley Orgánica del Poder Público Municipal tampoco prevé un límite, simplemente describe el hecho punible y la base de cálculo de este tributo”.
“Varían desde 4 a 10 %, ese sería el monto aproximado en el que oscilan las alícuotas que puede cobrar un municipio, insisto no tiene un techo o límite”, agregó.
Bingos y Casinos
Castillo subrayó que el segundo tributo sería el Impuesto Municipal a las Actividades Económicas que está vinculado a la operatividad del establecimiento, las mesas, la atención”.
Explicó que en este caso no tributa el contribuyente sino el propio bingo o casino de todos sus ingresos brutos. “En este caso si hay un techo establecido en el acuerdo de armonización tributaria” con una alícuota de un máximo de 5 % de los ingresos brutos.
Opina que debido a “lo sensible la actividad tiene que estar supervisada, vigilada por el poder nacional”, señaló al aclarar que la recaudación de impuestos le corresponde al Seniat pero la regulatoria la maneja el Ministerio de Interior.
Destacó que los bingos y casinos generan empleos directos e indirectos. “Son establecimientos que trabajan las 24 horas del día, los 7 días de la semana, tienen además actividades como espectáculos artísticos y distintos tipos de entretenimiento”.
Insistió en que es una actividad generadora de riquezas que les da empleo a mesoneros, crupieres (que trabajan en las mesas de juego), cocineros, artistas, taxistas “y a eso hay que apostar”.
Recordó que además los bingos y casinos deben pagar todos los impuestos relativos a las actividades que desarrollan. “Están sujetos a toda la esfera tributaria”.
Por Agencia