En su día, la clase trabajadora venezolana exige al Gobierno que cumpla con el mandato de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de convocar reuniones tripartitas para pedir que se garantice un pronto suministro de vacunas contra la COVID-19, principalmente para los trabajadores sanitarios.
El sindicalista Pablo Zambrano, de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud), exige que se vacune al personal de salud incluyendo a los jubilados del sector, que son aproximadamente unas 90.000 personas, muchas de las cuales han sido nuevamente contratadas en los centros asistenciales ante la insuficiente cantidad de personal que queda luego de la migración de profesionales.
Indica que el gobierno debe autorizar a Fedecámaras que ejecute su plan de vacunación gratuita que contempla una primera importación de seis millones de dosis y en el que están incluidos los trabajadores de las clínicas.
El dirigente sindical denuncia que, a pesar de la pandemia, el Ejecutivo no ha dotado de equipos de bioprotección a los hospitales, lo que ha obligado a muchos trabajadores a buscar donaciones con las que puedan comprar material para fabricarse ellos mismos sus tapabocas, pues el salario no alcanza siquiera para alimentarse. “Vivimos un tipo de esclavismo con un salario impuesto y limitaciones para la protesta“.
El avance inflacionario ha deteriorado el poder adquisitivo de los trabajadores tanto de la salud como del resto de los sectores del país.
Por Agencia