Ser más que parecer
El mensaje del encabezado viene de uno de los maestros sencillos y simples de nuestra niñez. Los recuerdos constantes son de Marco Tulio Ramírez Roa.
Sus clases en el seminario de San Cristóbal, que entonces despertaba de un letargo entre los avances del Vaticano Segundo, las posturas, que para algunos parecían irreverentes de los teólogos de la liberación y las vivencias cercanas de sacerdotes conocidos que colgaban los hábitos para seguir la vida de seglares comunes y corrientes. Se hacían buenos padres de familia, esposos normales y trabajadores formales.
Todo aquello para nosotros, niños casi adolescentes de la primera mitad de los años sesenta, era un remolino en nuestras mentes que nos influía de manera diferente. Nos sacaba de la zona de confort, de la tranquilidad del rezo di...