Miedo, frío, xenofobia y sueños rotos de migrantes venezolanos en la frontera de Chile
Jimir, Yuri y Belquis jamás se vieron aunque estuvieron en sitios parecidos, jamás hablaron, pero si lo hubieran hecho en la penúltima parada que les deparó su azarosa vida de migrantes, huyendo de Chile, se habrían sorprendido de qué parejos eran sus sueños rotos, sus miedos, su destino compartido.
Jimir, edad indefinida, pelo desgreñado, enteca y de espíritu combativo llegó a la frontera entre Chile y Perú hace más de tres semanas con la intención de completar su enésima huída de la pobreza, esta vez de regreso a Colombia, y allí sigue, malviviendo entre cartones y plástico, porque el país donde trabajaba Chile no le deja salir y al que necesita entrar para completar su periplo Perú- tampoco le quiere abrir la puerta, reseñó EFE.
Su delito, haber entrado de forma irregular en Chil...