Los efectos del paro en Grandes Ligas se materializan
La calle adyacente a las instalaciones de pretemporada de los Gigantes de San Francisco carecía de su bullicio habitual, durante una mañana inusitadamente fría.
El cantinero Sean Ramírez acomodaba platos y limpiaba vasos, antes de su turno para atender a los comensales durante el almuerzo en el restaurante Los Olivos Mexican Patio.
Y le fue imposible no pensar en el paro patronal de las Grandes Ligas.
“¡Hombre, normalmente ésta es nuestra mejor época del año”, dijo Ramírez, hijo del dueño del restaurante y quien ha trabajado detrás de la barra durante 15 años. “Éste es el lugar, el punto de reunión para los fanáticos de los Gigantes. Normalmente está abarrotado de seguidores que vienen de Sacramento y de San Francisco”.
Los sonidos del béisbol primaveral —desde el chasquido de ...