Los «mechurrios», la llama que no cesa en comunidades petroleras de Venezuela
Un ruido similar al que hace un avión al despegar anuncia al viajero que llegó de Monagas, una zona donde los lugareños viven con los oídos taponados y se comunican a gritos. Pero no hay aeropuerto. El estruendo procede de unos gigantescos quemadores que emanan gases y un fuego asfixiante que jamás se apaga.
Los habitantes de las comunidades rurales de Musipán, Santa Bárbara y Tejero deben vivir con el "bullarrango" -palabra con la que se refieren al sonido generado por los quemadores, más conocidos como "mechurrios"- que rodean esta zona petrolera, donde el calor, consecuencia de las llamas constantes, es insoportable.
Las paredes, los suelos, los árboles y hasta las prendas de vestir que los vecinos cuelgan en sus patios se manchan con pequeñas pintas negras y grises. Son las gotas de ...