Un estudio de animaciones japonés recurre al talento de artistas autistas
A Shoko Sakuma, a quien le diagnosticaron autismo, le costó trabajar en contabilidad, pero ahora pone en práctica su afición por el dibujo en un estudio de animación en Japón.
Una innovadora iniciativa busca brindar formación laboral y confianza a personas con autismo, a las que les puede resultar difícil desenvolverse en el entorno laboral japonés, a menudo estresante y con largas jornadas.
"Era muy mala con los números, que fue lo primero que me preocupó", dice Sakuma en Shake Hands, Kioto (oeste), donde trabaja desde el año pasado.
"Perdía cosas (...). Cosas de los clientes que eran muy importantes", explica a la AFP esta mujer de 39 años y de voz suave.
Con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y trastornos del espectro autista (TEA), Sakuma afirma que tenía...