domingo, noviembre 24

Sundance Lab, una mirada a la incubadora de Hollywood que gestó a Nolan y Tarantino

Los laboratorios del Festival de Cine de Sundance (Sundance Lab), que han servido de incubadora creativa de cineastas como Quentin Tarantino o Christopher Nolan, terminan esta semana su último ciclo de asesorías del año a proyectos de artistas emergentes con un saldo de al menos diez historias que esperan por materializarse.

“(Los laboratorios) Son un lugar de creatividad radical, seguridad emocional, hiperintensidad y concentración”, cuenta a EFE su directora y fundadora, Michelle Satter.

Diana Peralta, directora neoyorquina de raíces dominicanas, describe el programa como “la experiencia más gratificante, intensa, creativa y estimulante” de su vida.

En esta edición, su guion No Love Lost logró ser uno de los diez proyectos seleccionados del Laboratorio de Directores y de Guionistas que por primera vez dejó las instalaciones del Sundance Resort en Utah para instalarse en el Hotel Stanley en Estes Park, en Colorado.

La directora del filme ‘De lo mío’ (2019) había intentado ser parte de este “misterioso” programa de becas años atrás y aunque su proyecto había sido rechazado entonces, decidió arriesgarse de nuevo, pues entre los cineastas es bien sabido que: “si tienes la oportunidad de ser parte, cambiará el curso de tu carrera”.

Satter es responsable en gran medida de ese poder de transformación del camino de muchos artistas. Desde hace 40 años que inauguró junto a Robert Redford, fundador del Festival de Sundance, el programa de apoyos a artistas emergentes, la directora se ha encargado de la instrucción de generaciones enteras de nuevos cineastas.

Cada año, junto a su equipo, revisan más detrás mil aplicaciones, de las cuales seleccionan 30 proyectos para finalmente otorgarle una beca a los creadores de entre 10 y 16 guiones de potenciales películas originales.

Para elegir a los afortunados Satter asegura que “confía en sus instintos”, esos que ya la llevaron a detectar el potencial de directores como Daniel Kwan y Daniel Scheinert (‘Everything Everywhere All at Once’), Chloé Zhao (‘Nomadland’) o Damien Chazelle (‘Whiplash’), antes de que se convirtieran en los reputados ganadores al Óscar en los que se han convertido hoy en día.

“No buscamos un guion terminado y listo para rodar, sino personajes e historias que cobren vida, historias que nunca antes hayamos visto y que consideramos que pueden generar un cambio en nuestra cultura”, dice Satter.

Una vez seleccionados, los becarios viajan a un hotel ubicado en un espacio natural en el que trabajarán en el perfeccionamiento de sus guiones con un grupo de asesores consumados, que este año incluyeron a Miguel Arteta, Rick Famuyiwa o Keith Gordon, así como equipos de producción profesionales, con quienes ensayan, filman y editan escenas clave de sus guiones.
Sin jerarquías

“Sundance no tiene jerarquías, estamos todos juntos y todos formamos parte de este increíble equipo y comunidad que hemos creado”, cuenta Satter quien detalla que la dinámica de convivencia abarca desde el trabajo en los proyectos hasta momentos de ocio como desayunos o reuniones nocturnas.

“En el laboratorio de directores tienes la oportunidad de grabar dos escenas de tu película, es como una prueba experimental, solo para practicar la dirección en el set, la gestión del equipo, cómo trabajar con los actores y mejorar antes de hacer el rodaje final”, explica Peralta.

Su filme es un thriller psicológico que sigue la historia de tres mujeres negras en el estado de Nueva York que se ven afectadas tras el regreso inesperado de su hermana, quien junto a su misterioso esposo buscarán estafar a su familia.

Entre la selección de este año también se encuentran los guiones ‘Rubber Hut’, de Hanna Gray Organschi, que sigue la historia de una emprendedora ex azafata que abre una tienda de condones en su pueblo católico italiano o ‘Arc’, de Keisha Rae Witherspoon y Jason Fitzroy Jeffers, que relata la vida de Ev, un buscavidas marginado de Miami que cree que su madre fue abducida por extraterrestres cuando él era niño.

Una vez que termina el taller, los becarios podrán continuar con el apoyo de Sundance con asesorías y la búsqueda de recursos y productores para poder llevar a cabo sus proyectos; sin embargo, no le deben nada a la institución.

“Sundance no posee, produce ni financia ninguna de estas películas, así que desarrollamos una relación de confianza con ellos, pueden tomar lo que quieran de nuestros comentarios y hacer su proyecto”, dice Satter.

Por: Agencias / Foto: Cortesía