El gobierno de derechas sueco anunció el viernes que dificultará el acceso de los inmigrantes no europeos a las prestaciones sociales, alegando querer frenar su llegada e integrar mejor a los que lo hagan.
El gobierno en minoría del primer ministro Ulf Kristersson llegó al poder hace un año con el apoyo, por primera vez, del partido de extrema derecha Demócratas de Suecia (SD), prometiendo tomar medidas contundentes contra la inmigración y la delincuencia, reseña la AFP.
Suecia ha acogido a un gran número de inmigrantes desde la década de 1990, principalmente de lugares asolados por conflictos como la antigua Yugoslavia, Siria, Afganistán, Somalia, Irán e Irak.
Pero ha tenido problemas para integrarlos. «Desde 2012, más de 770.000 personas han inmigrado a Suecia desde países de fuera de la Unión Europea y del Espacio Económico Europeo (EEE)«, escribieron los líderes de la coalición tripartita y del SD en un artículo de opinión en el diario Dagens Nyheter.
«Junto con una política de integración que casi no ha planteado exigencias (a los inmigrantes) y no ha proporcionado incentivos para integrarse en la sociedad, la extensa inmigración ha creado una Suecia dividida«, alegaron.
El artículo de opinión señalaba «la segregación, la exclusión social, el desempleo, los malos resultados escolares y la falta de valores suecos comunes«.
Argumentaron que el país escandinavo de 10,3 millones de habitantes, conocido por su generoso Estado del bienestar, tenía «problemas considerables» con los nacidos en el extranjero que estaban en paro y vivían de las prestaciones, sin apoyar sus afirmaciones con datos.
El gobierno planea introducir reformas que obliguen a los inmigrantes de fuera de la UE y el EEE a aprender sueco y encontrar trabajo en el mercado laboral altamente cualificado del país.
El gobierno también planea introducir un límite a las prestaciones de los inmigrantes no europeos para que no puedan recibir múltiples subsidios, y un periodo aún no determinado de espera antes de tener derecho a las prestaciones.
Según el artículo, las solicitudes de asilo en Suecia se redujeron un 26% respecto a hace un año, mientras que aumentaron un 30% en el resto de Europa.
Muchos inmigrantes no europeos acaban viviendo en barrios desfavorecidos a las afueras de las grandes ciudades, donde el desempleo y la delincuencia son elevados y se habla poco sueco.
Por: Agencia